Viajando hacia el norte. Reinos históricos de Tailandia.
En todo país hay ciudades que son símbolo eterno de un pasado glorioso. Urbes que alguna vez albergaron la capitalidad de un reino o nación. En ellas florecieron el comercio, el arte y la política. Tras años de dorado esplendor, algunas fueron destruidas o conquistadas; otras cedieron su trono a una metrópoli más próspera. Son cinco las ciudades históricas de Tailandia que destacan sobre el resto.
Con el devenir de los siglos, al auge sucedía la decadencia. Periodos de bonanza intercalados con invasiones de belicosos pueblos, como birmanos o jemeres camboyanos. Como sabemos, la historia se ha escrito con sangre y espada. La actual Tailandia es hija de estos reinos, imperios e invasores que forjaron la cultura y el carácter del pueblo thai.
Si ya conoces este bello país, seguro que has visitado alguna de estas ciudades históricas, que desde su capital, Bangkok, se sitúan en el camino hacia las tierras del norte.
Ubicadas en la ruta que se dirige hasta la ciudad norteña de Chiang Mai, son de visita obligada. Lugares en los que zambullirse en la historia del antiguo reino de Siam. Visitar sus parques arqueológicos, ruinas, templos y palacios, a la vez que se disfruta del tranquilo discurrir de la vida de esta parte de Asia, será de un placer superlativo.
Viaja en tren
Trayecto que se debe hacer con calma, gastando unos días en cada destino y disfrutando de cada minuto de viaje. El tren que une el sur con el norte del país es barato y permite relacionarte con los nativos, disfrutando de una auténtica experiencia local. Aunque hay quien gusta de viajar en primera clase, recomiendo hacerlo en tercera, rodeado de gentes humildes, sonrientes y habladoras.
En cada parada, vociferantes vendedoras subirán en turbamulta al vagón, ofreciendo todo tipo de «delicatessen». No dudes en comprar un refresco y un tentempié, acomódate en el duro banco de madera y embriágate con las vistas, olores, sonidos y sabores que te brindará el trayecto.
Salimos de Bangkok, actual capital de Tailandia.
Bangkok ha sido la capital del reino de Tailandia desde el año 1768, tras la destrucción de la antigua capital (Ayutthaya), por parte de los birmanos. Un pequeño puesto comercial a orillas del río Chao Praya se fue transformado, con el transcurso del tiempo, en la megalópolis que hoy en día acoge a casi 11 millones de habitantes.
No nos extenderemos mucho en citar los innumerables atractivos turísticos de la ciudad. Múltiples blogs ya lo hacen. Señalaremos brevemente los más destacados:
–El Palacio Real y el templo del Buda Esmeralda (Wat Phra Sri Rattana Satsadaram).
–El Wat Pho o templo de buda reclinado. Impresiona la gigantesca efigie dorada de Buda yaciente.
–Wat Arun o templo del amanecer. Que refulge como un diamante en la orilla occidental del río.
–Wat Saket o Golden Mountain. Estupa dorada, situada sobre una colina, que ofrece maravillosas vistas sobre la ciudad.
–El parque de Dusit. Conjunto de palacios construidos por el rey Rama V a comienzos del siglo XX. Monarca fascinado por la arquitectura y cultura occidentales. Arquitectos italianos plasmaron diseños neoclasicos y renacentistas en el Ananta Samakorn Throne Hall o de influencia islámica en el Abhisek Dusit Throne Hall.
No pueden faltar visitas al exótico Chinatown, donde disfrutaremos de una espléndida gastronomía. O los paseos por parques como el de Lumphini. Tampoco el disfrutar de la noche en sus distritos más canallas.
Bangkok es la puerta de entrada a Tailandia para cualquier viajero y (al menos) debemos dedicarle una semana de nuestras vacaciones.
Tomamos el tren en la estación de Hua Lamphong y nos dirigimos al norte, hacia Ayutthaya. No hace falta reservar billete. Te diriges a la taquilla, compras el ticket (20 baths) y saltas dentro del vagón de uno de los frecuentes trenes que van hacía la histórica ciudad de Tailandia (1h:30′)
Si prefieres viajar en minibús (furgoneta), lo puedes coger en la parada que hay frente a la estación de autobuses de Mo Chit (Chatuchack). Tienes que cruzar la autovía por un paso elevado para peatones. Pregunta por la que va a Ayutthaya, paga el viaje (unos 70baths) y en algo más de una hora habrás llegado.
Ayutthaya, patrimonio de la humanidad a una hora de Bangkok
Fue Ayutthaya capital del reino del mismo nombre y del más genérico de Siam, hasta el mediado el siglo XVIII. Aunque sus orígenes parecen remontarse al año 1238, no fue hasta el 1350 cuando el rey Uthong la convirtió en la capital de su reino.
Estratégicamente situada en la confluencia de tres ríos (Chao Praya, Lop Buri y Pa Sak) terminó por convertirse en un importante puerto comercial. Floreció la arquitectura y el arte, y se dice que llegó (en su época de mayor esplendor) a albergar más de un millón de habitantes. Durante 400 años conservó la capitalidad del reino, pero la guerra birmano-siamesa acabó en su destrucción. Sucumbió bajo el saqueo birmano y las llamas en el año 1767.
Los viajeros llegan a Ayutthaya para ver su parque histórico, formado por los restos de los templos que aún hoy se mantienen en pie. Éste se emplaza en una isla (o península) que forma el meandro del río. Si llegaste en tren, sales de la estación y te diriges al muelle más cercano. Súbete a una barcaza para cruzar (5 baths).
En lo relativo al hospedaje, recomiendo coger habitación lo más cerca posible del parque histórico. A la hora de la visita se puede contratar un tuk-tuk (unos 400baths) o alquilar una bici o motocicleta. Yo lo visité a pie, no me incomoda el andar.
Cuando nos ponemos a ver ruinas y más ruinas, finalmente se hace difícil distinguir unas de otras. Con el tiempo sólo te acordarás de las más significativas. La entrada a algunos templos es gratuita, a otros cuesta unos 20 baths, y a los demás no hace falta ni entrar porque se ven desde fuera y son más de lo mismo: estupas, chedis, ladrillos y hollín. No me malinterpretéis, el lugar es hermoso y merece sin duda una visita.
Por destacar algún templo de obligada visita nombraremos los siguientes:
–Wat Yai Chai Mongkhon (1357). Con su imponente estupa a la que se puede subir para disfrutar de las vistas. Es uno de los más antiguos. Mándado construir por el mismísimo Uthong, fundador de la ciudad.
–Wat Maha That. Aqui veremos la famosa cabeza de buda entre las raíces de un árbol que la parece proteger.
–Wat Phra Sri Sanphet. Que destaca por sus tres magníficas estupas.
Finalmente visitarás éstos y los restantes. Tras unos día no recordarás más que la cabeza de Buda. En fin, así es hacer turismo.
Pero yo, lo que más disfruté, fue el mercadillo que al atardecer se levanta a orillas del río (Hua Ro Night Market). Siéntate en una de las terrazas y pide una fría cerveza. Degusta los exquisitos platos que cualquiera de los puestos venden por unos pocos baths y relájate gozando de las vistas. Barcas de popa larga surcan el perezoso meandro fluvial. Sus renqueantes motores ronronean con una suerte de «roc-roc» repetitivo que te hechizará. El sol se oculta mientras sus postreros rayos iluminan el Wat Mondop, al otro lado del río.
Al atardecer, hordas de perros asilvestrados toman posesión de sus dominios en las calles de la ciudad. Ten precaución al volver al hotel.
Desde Ayutthaya vamos a viajar hacia el norte hasta la encantadora Lop Buri (65kms), otra de las ciudades históricas de Tailandia. Famosa por sus templos y por sus traviesos macacos que corretean en algunas de sus calles. Puedes tomar el tren o simplemente coger una furgoneta que sale desde el mismo centro de la ciudad.
Lopburi. Arquitectura jemer en Tailandia – Ciudades históricas de Tailandia
La coqueta ciudad de Lopburi se asienta en la provincia del mismo nombre, a unos 150kms al norte de Bangkok. Con una población de unos 54.000 habitantes su centro urbano se esparce a orillas del río que la cruza.
Lopburi nos sorprenderá con ruinas que nos recuerdan a las que quizás hayamos visto en Angkor. Los jemeres dejaron aquí su impronta en forma de templos de bella factura. La ciudad fue vasalla de del imperio jemer entre los siglos X y XI.
Pero su historia se remonta tiempo atrás. Ya durante el periodo Dvaravati (entre los siglos VI y X) hay indicios de su existencia y relevancia bajo el nombre de Lavapura. Como curiosidad, comentar, que incluso es citada en las crónicas de Marco Polo.
Estamos pues ante un enclave histórico de suma importancia en la historia de Tailandia. A partir del siglo XIV, paso a formar parte del reino de Ayutthaya e incluso durante el reinado del rey Narai (1656-1688) fue designada como segunda capital.
El atractivo turístico de la ciudad reside en el paseo por su núcleo urbano, que alberga, diseminados, numeroso templos de arquitectura jemer. Ruinas bien conservadas y que podemos ver en en tan sólo una jornada.
Destaquemos los más conocidos:
-Wat Phra Sri Mahathat. Su construcción data del siglo XII, bajo influencia jemer. Se puede acceder al prang (torre) central en el que veremos motivos tanto budistas cono hinduistas, algo muy habitual en los templos jemeres.
-Phra Prang Sam Yot. Construido a finales del siglo XIII destaca por sus tres altos prangs y por un grupo de macacos que viven dentro del recinto. Si entras a las «torres», mira hacía el techo y veras también numeroso murciélagos que descansan esperando la caída de la tarde.
-Palacio del rey Narai (Phra Narai Ratchaniwe) y museo. Construido durante el reinado del rey Narai (1656-1688) y rehabilitado por el rey Mongkut (1851-1868). Palacio con influencias clásicas tailandesas y europeas.
Para entrar a los recintos hay que pasar por taquilla. 50 Baths por templo o un bono de 150 baths que permite visitar varios.
Una vez más, mi visita a Lopburi se vio enriquecida por las experiencias con locales y turistas thais, que no dudaban en pedirme una foto y compartir unos momentos de charla. La ribera del río es un lugar de belleza singular en el que parar durante un rato a disfrutar de las vistas.
El mercadillo nocturno es otro de los atractivos de ésta, así como de tantas ciudades en Tailandia.
Dejamos atrás la tercera de las cinco ciudades históricas de Tailandia y nos dirigimos hacia Sukothai, capital que fuera del reino del mismo nombre y que nos espera con su precioso «parque histórico».
Para ello tenemos que tomar el tren desde Lopburi hasta Phisanulok (2h40′) y desde allí un autobús hasta Sukhothai (1h30′). Desde Sukhothai (ciudad nueva) hasta el parque arqueológico (ciudad vieja) hay unos 12kms, que podemos recorrer en camioneta (songthaew).
Sukhothai. La ciudad histórica capital del primer reino de Tailandia.
La actual ciudad de Sukhothai es una pequeña urbe de poco más de 35000 habitantes que se desparrama a orillas del río Yom. Pueblo feote y sin alma que poco tiene que ver con la gloriosa capital que fue entre los siglos XIII y XIV. Este triste lugar a penas nos ofrece un pequeño mercadillo vespertino en el que reponer fuerzas.
En realidad, la nueva Sukhothai se emplaza a una docena de kilómetros de la ciudad histórica.
La vieja Sukhothai
Formada por un conjunto de ruinas y esculturas, estupas y chedis, templos y palacios, protegidos por los restos de una antigua muralla, es de una belleza sin igual. Nos transporta a los años en los que el arte, la religión y el poder político florecieron en estas tierras del centro de Tailandia.
Tras la expulsión de los invasores jemeres en el siglo XIII, ocho monarcas reinaron en Sukhotai hasta su anexión por el reino de Ayutthaya, en el año 1365. El más famoso de todos fue Ramkhamhaeng (1279-1278) creador del alfabeto tailandés.
El parque histórico se puede recorrer en bicicleta, motocicleta o tuk tuk. Recomiendo hacerlo en bici, que puedes alquilar a su entrada. Frondosos árboles, aquí y allá, te permiten tomar un respiro entre templo y templo. El precio del tíquet que da acceso a todas las zonas es de 350 baths.
Podemos destacar entre tantos ruinas las de:
-El Palacio Real y Wat Mahathat. Levantado por el rey Sri Indraditya entre 1292 y 1347, representa un mandala (universo hindú). El templo más importante de todo el complejo.
-Wat Si Sawai. Levantado por los jemeres en el siglo XII y que nos recordará a los templos de Camboya.
-Phra Achana. Icónica estatua de Buda sentado. Con más de 15 metros de altura, se emplaza en el Wat Si Chum, también conocido como el Templo del Árbol Sagrado.
Al margen de la ciudad vieja, si tenemos tiempo, podemos visitar el parque nacional Ramkhamhaeng. En él disfrutaremos de un exuberante entorno natural. Lo más habitual es hacer un corto trekking de unos 8km. También se puede acampar allí o alquilar un bungalows.
Tras nuestro paso por la penúltima de las ciudades históricas de Tailandia nos dirigimos hacia el norte. Nuestro destino es el reino de Lanna y su capital: Chiang Mai.
Para llegar a la última ciudad histórica de Tailandia que visitaremos, debemos tomar el tren de nuevo desde Phisanulok o (lo que es quizás más cómodo y rápido) subirnos a un minibús (furgoneta) desde la estación del nuevo Sukhothai. 350kms y algo más de 5 horas de viaje.
Chiang Mai. Capital del antiguo reino de Lanna – Ciudades históricas de Tailandia
Llegamos a la norteña y muy turística ciudad de Chiang Mai, destino de miles de viajeros que se acercan a este bonito enclave situado entre montañas. Su atmósfera más relajada y ese ambiente romántico y hippy, la han convertido en punto de paso obligado para todo mochilero que se precie, en su visita a Tailandia.
No obstante, y en mi opinión, Chiang Mai ha ido perdiendo el encanto que tuvo. El turismo masivo termina por contaminarlo todo y esta ciudad de provincias es un gran parque temático, un bazar dedicado al consumo y al disfrute del turista. Para colmo de males, al viajero occidental se ha unido el chino. Miriadas de turistas de la vecina china se desplazan hasta la antigua capital del reino de Lanna, cual birmanos del siglo XVI.
Sinceramente, pese a sus muchos atractivos: culturales, gastronómicos, étnicos y turísticos en general, nunca he podido disfrutar de Chiang Mai como se merece.
En cualquier caso, viajar es una experiencia personal e íntima y para ti podría ser el destino soñado.
Reino de Lanna
Ubicado en el noroeste de lo que hoy es Tailandia, sus orígenes se remontan al siglo XIII. El rey Mengrai va a unificar varios pequeños reinos y establecer una nueva capital en la ciudad de Chiang Rai. Posteriormente, en el año 1296, la capitalidad se mudo a la vecina Chiang Mai.
El reino de Lanna, rodeado de poderosos vecinos tanto al oeste: birmanos, como al sur: reino de Ayutthaya, estuvo siempre sometido a importantes presiones políticas. Rindió vasallaje a unos y a otros, hasta terminar por unirse al reino de Siam bajo la soberanía de Taksin, en 1774.
Aún así, son quinientos años de historia, que si bien no han dejado la huella imperecedera en piedra que podemos ver en Sukhothai o Ayutthaya, si lo han hecho en su cultura, su lengua: el Kham Muang (tailandés norteño) o en su gastronomía. Aunque en menor medida, también podemos disfrutar allí de ancianas ruinas; de bonitos templos, parques naturales, bazares nocturnos y del turismo étnico.
Chiang Mai
Situada a unos 700 kms de Bangkok, es la capital no oficial del norte de Tailandia. Con una población de 150.000 habitantes, que asciende a 700.000 si tenemos en cuenta todo su área metropolitana, se extiende a orillas del río Ping, afluente del Chao Praya.
Desde su declive, tras la absorción del reino de Lanna, hasta el boom turístico de nuestros días, Chiang Mai se consolidó como un enclave dedicado a la producción de manufacturas, artesanía y al comercio. Hoy, como decía, el turismo lo es todo, y ha envilecido el alma de la ciudad. Pero bueno, como turistas que somos, no debemos odiarnos por ello, aún se puede disfrutar de Chiang Mai si acudimos en temporada baja.
La ciudad vieja se emplaza dentro del foso y de las murallas (o lo que queda de ellas). Éstas, forman un perímetro perfectamente cuadrado con cuatro puertas orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. En su interior encontraras mercadillos, bares, salones de masaje (sin premio) y templos que visitar. Hospédate cerca de alguna de sus puertas, yo suelo hacerlo al sur, frente a la «Pratu Chiang Mai», cerca del mercadillo donde reponer fuerzas antes y después de cada jornada.
Zonas de interés histórico son:
-Pratu Tha Phae (la puerta este de la ciudad). Es la puerta mejor conservada y la que da acceso a la calle peatonal con el mismo nombre. Alberga cada domingo el famoso mercadillo nocturno. En sentido contrarío, hacía el río, y ya fuera de las murallas, podemos visitar el este de la ciudad, en el que destacan templos como: Wat Chetawan, Wat Mahawan o Wat Bupparam
Y podemos echar un vistazo a mercados, como el ruidoso y siempre atestado de gentes: Talat Warorot; el de las flores (Talat Tonlamyai) o el famoso bazar nocturno. En la calle Chang Moi se encuentra el barrio chino o chinatown.
-Wat Chedi Luang. Situado en el centro de la ciudad antigua, fue construido entre los siglos XIV y XV. Formado por una gran estupa de 82×54 metros. En 1545, tras un terremoto colapsó. Fue reconstruido en los años 90 del pasado siglo. Llegó a albergar el buda esmeralda que hoy se encuentra en Luang Prabang.
-Wat Chiang Man. Templo situado en el interior de la ciudad antigua y construido por el rey Mengrai (fundador de la ciudad) en 1297. Sin duda es uno de los imprescindibles de Chiang Mai.
-Wat Ched Yot. Construido durante el reinado del rey Tilokarat en 1455. Se situa al norte de la ciudad, junto a la autovía 11.
-Wiang Kum Kam. Son los restos de la ciudad predecesora de Chiang Mai (durante 10 años fue capital del reino) y construida por Mengrai el Grande en 1286. Emplazados al sur de Chiang Mai, actualmente es un parque arqueológico y un conjunto de templos en activo de imprescindible visita.
Además de acercarnos a estos enclaves históricos, se puede alquilar una moto y recorrer los montañosos alrededores de la ciudad. También, si gustas, puedes contratar todo tipo de excursiones abominables: elefantes, tigres y minorías étnicas pueden ser el objeto de tu interés: yo no suelo contribuir a ese circo, ¡allá cada uno!
Aunque la vida nocturna de Chiang Mai no es la más vibrante de Tailandia, también se deja disfrutar, aunque los bares suelen cerrar pronto. En cualquier caso, si vienes a Tailandia pasarás por Chiang Mai, tómatelo con calma y quizás goces de unas jornadas memorables.
Tras terminar tu periplo por las ciudades históricas de Tailandia, puedes tomar un vuelo hasta las islas con alguna aerolínea de bajo coste y disfrutar de las aguas del mar de Andamán o del golfo de Tailandia. ¡Qué no todo va a ser templos y ruinas!
¡Buen viaje!