Errores que no cometer en un Salón de Masajes

Mi primera visita a un «soapy»en Bangkok

Aún recuerdo con nostalgia mi primer viaje a la capital de Tailandia. ¡Hace de ello ya algunos lustros y me sigue pareciendo tan cercano!

Salón de masajes

 No fue, sin embargo, en el antiguo reino de Siam, mi primer contacto con Asia. Tampoco fue aquí donde descubrí la noche y todo lo que se cuece alrededor de ella: los clubes, bares de gogós, salones de masajes y demás garitos que se ofrecen al viajero al ocultarse el sol. Pero si fue en Bangkok donde se manifestó de una forma más directa, sin tapujos ni hipocresías el mundo del ocio para adultos ante mis bisoños ojos.

salón de masajes-pecera

Como ya comenté en alguna que otra entrada, mis primeros viajes al sudeste asiático se debieron a propósitos laborales. Visitas a ferias de muestras y contacto con proveedores ocupaban la mayor parte del día y el turismo se limitaba a conocer modernos hoteles de cuatro o cinco estrellas. Era durante la noche  cuando disponía de algunas horas, siempre que el cansancio no hubiera hecho mella en mis fuerzas. 

Como todo viajero novato que se aleja de su zona de confort, me sentía intimidado por al exótica atmósfera de las grandes capitales asiáticas. Esa mezcla de modernidad y decadencia, de nuevos edificios con humildes casas ennegrecidas por el humo de los coches, de modernas infraestructuras con marañas de cables que llevan la luz (y aún no sé como) a los hogares. 

El mundo de la noche se presentaba ante nosotros (siempre viajaba acompañado) vestido de luces de neón. Modernas discotecas, clubes y bares en los que eramos recibidos con sonrisas y parabienes. Bellas damas deseosas de disfrutar de nuestra compañía (y no sólo de eso). Calles abarrotadas de gentes, mercadillos en los que los woks chisporroteaban entre sombras y aromas indescifrables…

Gogo's en Nana plaza. barrios rojos de Bangkok

Los salones de masajes parecían ser el lugar ideal en el que reponer fuerzas y descansar antes de cada nueva jornada. Pero poco sabíamos de estos templos del placer, la información en internet aún era escasa, o al menos no tan abundante como en la actualidad. No fue esto un gran obstáculo, no habíamos viajado tan lejos para pecar de timoratos, y nos lanzamos sin dudarlo a la aventura. Quizá pecamos de incautos, pero para todo debe haber una primera vez.

Errores a no cometer en tu primera visita a un salón de masajes

Aunque ya hemos hablado largo y tendido en diversas entradas sobre los salones de masajes, también llamados «Massage parlors» o «Soapys». Hoy, haremos hincapié en algunos errores que debemos evitar y así disfrutar, en mayor medida, de la gran experiencia que nos espera tras la puerta de estos grandes complejos de ocio para adultos.

Emmanuelle. Salones de masaje en Bangkok.

Como no podía ser de otra forma, yo caí en ellos y aunque en un principio me incomodaron  e hicieron sentir cierta frustración, ahora los veo como el peaje a pagar por mi inexperiencia. 

Primer error: Ve donde quieras ir (evita las ofertas de los taxistas)

Era Nuestro segundo día en Bangkok, caminabamos al caer la tarde por la amplia avenida de Sukhumvit. Nada más salir del hotel frenéticos conductores de tuc-tucs nos asaltaron folleto en mano con atractivas ofertas de chicas, lupanares y salones de masajes. Las rechazamos con buen juicio.

tuktuk-Tailandía

Paseando bajo las vías del «skytrain» mirábamos con  curiosidad los contoneos de los ladyboys que ofrecen sus servicios a los amantes del tercer sexo. Puestos ambulantes invitaban a comprar recuerdos y pastillas de viagra, condones e imanes para la nevera. Nosotros, buscábamos un taxista honesto al que pedir consejo y que nos llevara hasta el umbral de nuestro ansiado destino

«ERROR». Nunca pidas a un taxista que te lleve a un salón de masajes.

Nunca es nunca. Te llevará sí, pero a algún «soapy» en el que tiene comisión. Probablemente, querrás visitar el famoso Poseidón, el más lujoso y reconocido salón de masajes de Bangkok, y acabarás en el más cutre de los salones de Petchaburi rd

Taxis en el tráfico de Bangkok

Un taxi rojo y blanco paró a nuestro lado y nos subimos sin pensarlo mucho. El tipo no nos dió tiempo ni a abrir la boca: nada más tomar asiento ya me había pasado el «jodido» folleto con precios y fotos de chicas. ¡Vaya mierda!

Intenté infructuosamente que nos acercara a Poseidon, en Ratchadapisek rd., no hubo manera. Es más, el tipo se puso violento ante mi insistencia. Y finalmente pasamos por el aro. Terminamos en un vetusto edificio, no sabíamos donde, más solos que la una y sin otra opción que entrar y ver que nos deparaba el lugar.

Poseidon Complex Bangkok - salon de masajes

Segundo error. La más guapa puede no ser la mejor

Una vez dentro del vestíbulo del edificio se nos acerca un tipo (el papasan) sonriendo e invitándonos a sentarnos frente a un enorme escaparate tras el que decenas de muchachas trataban de llamar nuestra atención. Chicas que no dudaban en guiñarnos un ojo, mandarnos algún beso o regalarnos las mejor de sus sonrisas. El tipo nos recomendó alguna de las muchachas con la excusa de que hablaba inglés o que era diestra en el arte del masaje. Nosotros nos decantamos por las mas bonitas.

Salones de masaje de Bangkok.

«Error». No siempre la más bonita es la mejor elección. 

Inevitablemente caerás en este error, ¡y no te culpo! Y no sólo es error de novato, seguirás cayendo cada vez que te acerques a una salón de masajes. Es inevitable.

Pues sí, lo siento, la muchacha más joven y bonita no suele ser la que ofrezca un mejor servicio. Probablemente haya llegado hace poco del noreste del país, carezca de experiencia y aún no sepa como manejarse en el masaje. No hablará una palabra de inglés y estará deseando terminar. Puede que seguir el consejo del papasan sea una buena idea (siempre que la chica no sea un orco de Mordor). En cualquier caso, sea la que sea tu elección, estarás en manos de la fortuna: «suerte muchacho».

Suit The Palace. Poseidón.
Suit The Palace.

Tercer error: Pregunta el precio y tómate tu tiempo

Como iba diciendo, nos sentamos frente a «la pecera» y escrutamos con minuciosidad el bello paisaje ante nuestros ojos. Nos ofrecieron una cerveza que apenas probamos y tras la elección y sin preguntar el precio nos dirigimos al encuentro de nuestra anfitriona.

«ERROR». Por dios, en Asia hay que preguntar el precio antes de cualquier transacción comercial o el timo está asegurado. Tómate tu tiempo, piénsate la elección: vas a pasar las próximas dos horas con esa chavala,   merece la pena que andes con pies de plomo. 

Tercera planta Poseidón. Modeling lobby.
Tercera planta. Salón de modelos.

No suele, el encargado de un salón de masajes, ser un tipo con prisas que te incite a elegir, pagar y salir cortando. Al contrario, son los clientes occidentales los que cegados por el deseo queremos salir al ruedo sin muchos preámbulos. Insisto, la decisión a tomar es importante y gran parte del atractivo de la visita está en el lobby de entrada. Probablemente sea la parte que primero cuentes a tus amigos al relatar tu aventura. 

Te pides una cerveza, incluso puedes comer. La mayoría de salones de masajes sirven comidas, tienen karaoke, bar, salón de modelos en los que conversar con una bella mujer mientras bebes un daiquiri o escuchas música en directo. Todo es una gran experiencia, como detallo en entradas anteriores. Las dos horas en la alcoba sólo es la guinda del pastel.

Modelo tailandesa

Cuarto error: No pagues de más por una habitación mejor

Tras conocer a la que sería mi anfitriona durante las dos horas siguientes nos dirigimos al mostrador a hacer frente al pago de servicio por adelantado. El encargado (papasan) me ofrece una habitación mejor por unos cientos de baths. Acepto, total, son solo unos pocos euros.

ERROR. El timo de la habitación mejor.

Pues sí, esto es una artimaña del papasan para sacarte unos baths que se va a embolsar directamente. Debe de ser un ingreso extra que el tipo se lleva gracias a la candidez del turista occidental. Es verdad que en la mayoría de los «soapys» hay habitaciones estándar y suites. La diferencia en precio entre unas y otras es grande  y como tales deben de ser ofrecidas al preguntar. Si pides una suite te darán una suite con jacuzzi, cama redonda y demás lujos. Si te piden trescientos baths por una genérica «mejor habitación», es un timo.

Colonze Jacuzzi - salon de masajes
Colonze Jacuzzi

Quinto error. Disfruta del masaje, del baño, de los preámbulos

Una vez en la habitación con mi compañera: dama de unos 25 años, delgada y que lucía una larga y negra melena que le llegaba hasta casi el trasero, nos acomodamos en la siempre firme cama y no veo el momento de comenzar con el asunto.

ERROR. Tómatelo con calma. Ni se te ocurra entrar a matar nada más llegar.

Tienes dos horas por delante y no vas a disfrutar de la parte más divertida y excitante de la experiencia. 

Masajistas en soapy
Chicas en «soapy»

No me repetiré con los detalles de lo que es el servicio completo en un salón de masajes en Tailandia. Pero, a grandes rasgos, la experiencia comienza con un baño: serás lavado de arriba  a abajo por la muchacha, continuará con el masaje (insiste en la recepción en que quieres masaje o te perderás la mejor parte): masaje cuerpo a cuerpo sobre una colchoneta. Y finalmente se goza sobre el lecho como un maharajá. Podrás ver estrellitas y luceros al menos un par de veces, si la chica se porta bien.

Alaina. Massage parlour. bangkok.

Si eres generoso y todo fue sobre ruedas, no estaría de más que ofrezcas una propina a la chica como muestra de agradecimiento.

Finalmente, no fue una experiencia terrible pese a los típicos errores en los que caímos. Sin duda, no es este salón de masajes el mejor de los que he visitado. Quizás, ha sido el más viejo y menos lujoso. Sin embargo,  como vez primera, es la que ha quedado marcada más profundamente en mis recuerdos.

Espero que estos consejos te ayuden en tu primera visita a un salón de masajes. No dudes en darte un homenaje si tienes la fortuna de viajar al sudeste asiático.

¡Buen Viaje! 

 

Una respuesta a «Errores que no cometer en un Salón de Masajes»

  1. En primer lugar muchas gracias por informar sobre este tipo de experiencias.
    Somos una pareja liberal (Ana y David) y estamos de vacaciones en Tailandia.
    ¿Sería posible que a mi pareja (Ana) le dieran un masaje erótico, o sería una locura?
    Esperamos respuesta.
    Muchas gracias de antemano.

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