Safari Bar en Patpong. Otro clásico que se resiste a cerrar

Echemos otro vistazo cargado de nostalgia a uno de los bares que más tiempo lleva abierto en la escena nocturna de Bangkok: el  Safari Bar de Patpong.

Como muchos sabréis, es Patpong el distrito rojo de Bangkok con más solera. Desde la inicial urbanización de la zona, a  finales de la década de los 60, este conocido barrio dedicado al ocio para adultos ha visto como bares y clubes nacían y morían. Es el ciclo natural de la vida que también rige el destino de los bares de copas. Clásicos como el Mississippi Queen o Electric Blue pasaron a mejor vida a lo largo de las últimas décadas. Nada que no ocurra en cualquier parte del mundo.

Entrada y cartel del Safari Bar en Patpong
Safari Bar en Patpong 1. Foto cortesía hotels.com

Lo que viene a ser más extraño es esa clase de viejos locales que se niegan a cerrar sus puertas por última vez. Vetustos garitos que navegan a la deriva entre la decrepitud y la nostalgia. Dejaron de ser locales de moda ya hace años y no parece que los buenos tiempos vayan a volver a habitar entre sus cuatro paredes.

Siguen estos bares anclados a su pasado. Antiguos carteles los anuncian a sus puertas, las paredes siguen luciendo la misma decoración aunque ya raída por el tiempo. Una atmósfera melancólica y triste nos recibe y nos perturba… Pero algo tienen de misterioso, de auténtico: es el poder de evocar los años dorados, la edad de oro de los barrios más clásicos de la gran ciudad. Allí podremos percibir, aunque sólo sea por un momento, el genuino ambiente que los pioneros vivieron y del que queda ya tan poco.  Son estos bares como un pequeño museo dedicado a la añoranza que debemos visitar si tenemos ocasión.

1970s Safari Bar - Patpong
Foto de principios de los 70 en la que podemos ver ya el cartel de Safari Bar

Safari Bar

El Safari Bar de Patpong es uno de estos templos consagrados a la nostalgia y que aún hoy siguen abiertos en el ya de por sí decadente distrito rojo de Bangkok.

Con más de cuarenta años a sus espaldas, no podemos decir que Safari Bar haya resistido bien el paso del tiempo. Otros intentaron de forma infructuosa adaptarse al nuevo milenio mejorando sus instalaciones. Nuevos equipos de sonido e iluminación, chicas mas jóvenes y bonitas, espectáculos y shows adaptados a los nuevos gustos, tecno y hip hop sonando desde los altavoces en lugar de los clásicos del rock: «Todo ello en balde». La competencia es grande y la fiel clientela va envejeciendo. El nuevo público demanda nuevos locales.

Barra del safari bar
Barra Safari Bar. Foto cortesía stickboybkk.com

Como decía, Safari Bar es de los locales de copas que no ha querido o sabido adaptarse al nuevo orden. Y de ahí quizás su longevidad. No es que no haya cambiado, que lo ha. La música ya no atrona en su interior, ni las muchachas bailan semidesnudas en sus dos escenarios. El ritmo vital del local se acompasa al de sus clientes: expatriados que están ya de vuelta, que vivieron los viejos tiempos de forma desenfrenada y que ahora, peinando canas, sólo piden una fría cerveza escuchando a los «Stones».

El Local

Safari Bar se emplaza en Patpong, en Patpong 1 para ser exactos. Entrada anunciada con un viejo cartel de estética pop. Anticuado letrero que anticipa lo que vamos a encontrar nada más cruzar el umbral, paso protegido por una desgastada cortinilla. 

Dentro del safari bar
Interior Safari Bar. Foto cortesía stickboybkk.com

Una vez en el interior, tenemos una sala estrecha con dos pistas en desuso: una justo al fondo y otra a la izquierda. La barra es de buenas dimensiones, en madera de tonos oscuros y con sólidos taburetes tapizados en polipiel, a juego de los clásicos bancos adosados junto a la pared.

Decoración más naíf que kitsch, la que esperarías encontrar en el hogar de una anciana. Pequeños recuerdos aquí y allá, velas, baratijas, figuras, retratos y cuadros de estética oriental. Todo ello ayuda a crear esa atmósfera decadente que, al fin y al cabo, es la que venimos a respirar al Safari Bar de Patpong.

Gogós en Badabing Agogo
Gogós en Badabing Agogo
El ambiente y las chicas

Ya no es el Safari Bar de Patpong un bar de gogós convencional. Más bien es un bar de copas en el tomar una cerveza junto a la barra. Incluso puedes acercarte con tu pareja si así lo deseas, no se escandalizará ni sentirá violenta. 

Algunas damas de mediana edad (para estándares thais) elegantemente vestidas, podrán amenizar tu paso por el local si así lo deseas. Te darán conversación y las podrás invitar a una copa. 

El ambiente es tranquilo, la música -grandes clásicos de los 50 y 60- suena con mesura y la atención por parte del servicio y  propietarios es exquisita.

Los precios son moderados: 120baths una Tiger y cerveza de barril a menos de 100 baths. Bar fine a 700 baths si se desea probar suerte.

gogos-patpong
Gogós a la puerta de Glamour en Patpong

Definitivamente, Safari Bar bien merece una visita si eres de los que gustan en bucear por los clásicos que sobreviven al paso del tiempo como iconos indelebles de una época que ya no volverá. Podrás tomar allí una cerveza a buen precio e incluso disfrutar de buena compañía. Claro está que no es el bar para pasar una noche loca de desmadre, para planes de mayor calado tenemos locales más modernos y atractivos a la vuelta de la esquina.

Madrid Bar Patpong

Pero, ¡qué coño!, disfrutemos de algo de historia:

1 Nos tomamos una pizza en el Bar Madrid, el que fuera punto de encuentro de espías y mercenarios. 

2 Nos pedimos una copa disfrutando de la decadente atmósfera del Safari Bar.

3 Finalmente visitamos el interesante Museo de Patpong, que expone abundante «memorabilia»  (recuerdos) de los años dorados del barrio y nos cuenta de forma amena su historia.

Chicas de Glamour
Chicas de Glamour

Tras esta mirada atrás, podemos disfrutar de la noche como si no hubiera mañana en Bada Bing, King Castle 1 o Glamour… Quizás, en no mucho tiempo, también estos clubes de gogós pasen a engrosar las listas de bares fallidos y clásicos que fueron y no son. Disfrutemos mientras aún sea posible.

¡Buen viaje!

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