Toca una corta entrada que esta semana he estado liado con el tema del transporte en Saigón. Podéis pasaros por la sección que trata sobre como moverse por Ho Chi Minh City si pensáis viajar a Vietnam. No obstante hoy hablaremos sobre el irse de putas por el sudeste asiático y sus implicaciones morales.
Prostitución y vida nocturna. Putas en el sudeste asiático.
Como ya todos sabréis, este blog intenta bucear en el mundo de la noche de las principales capitales del sudeste asiático. Tratamos de sumergirnos en la vida nocturna de algunas de las ciudades más excitantes y destino soñado para muchos de los viajeros que gustan de vivir las horas que suceden a la puesta del sol. En este mundo de luces y sombras, de color y pecado, de risas y alcohol no hay que dejar pasar por alto, es más, hay que incidir sin hipocresía ni falsa mojigatería en un hecho importante, el sexo de pago, la prostitución. El llamado y tan denostado «turismo sexual» es , no cabe duda, la piedra angular de la noche en países como Tailandia o Camboya. ¿Qué podemos decir sobre él? ¿Quién es el turista típico? ¿Viejos verdes que vienen a yacer con jovencitas? ¿Es moralmente reprobable? ¿Es importante para la economía de estos países? ¿Controlan las mafias el negocio del sexo? ¿Ejercen las chicas su oficio libremente? ¿Hay redes de trata de mujeres?
Intentaremos dar respuesta a algunas de estas preguntas y desmitificar muchas de las ideas que damos por sentadas sobre este tema de las putas en el sudeste asiático.
No sólo aquí
No voy a descubrir nada nuevo si digo que encontré putas (y putos) en todos los países que visité. Da igual que vayas a EEUU, Alemania, España o Filipinas; es más, en países donde la prostitución está prohibida, como Suecia, no es difícil encontrar sexo de pago. Es precisamente en los lugares donde la prostitución se ejerce de forma más abierta y natural donde se aprecia menos el submundo tenebroso que pudiera subyacer bajo su superficie. En países como España es frecuente ver parques y polígonos industriales repletos de chicas en bragas (en su mayoría inmigrantes) tratando de ganarse el sustento. Es en occidente donde las mafias campan a sus anchas mercadeando con mujeres de países más desfavorecidos. No obstante, también se pueden encontrar meretrices que ejercen su oficio en total libertad y que desean abiertamente la regulación legal de su trabajo.
¿Turismo sexual? ¿Va la gente a Tailandia sólo a follar?
Pues en su mayoría no. Y no hablo sólo de «backpackers», parejas de recién casados, enamorados del patrimonio cultural del Siam o de sus bellas playas. A casi nadie lo mueve nada más que un motivo. ¿Para qué recorrer medio mundo si con una llamada de teléfono tengo una chica en mi casa? Y a mejor precio… ¿Quién va a Ámsterdam para fumarse un porro si lo puede hacer en su salón? o a follar con una puta de sus famoso distrito rojo. Es un sinsentido, puedes visitar la bella ciudad neerlandesa por mil razones y además fumarte un porro e irte de putas si te apetece.
Ni siquiera a los hombres maduros que vemos deambular por los barrios rojos de Bangkok o que sentados en un bar toman una cerveza con una joven chica (o quizás no tan joven) los mueve solamente el sexo.
Podría asegurar que la mayor parte de los visitantes de las zonas de ocio para adulto son jóvenes u hombres de mediana edad. Aquí tienes un vídeo de la infame «Walking Street» de Pattaya. Puedes ver que tipo de fauna se mueve por allí, y no difiere mucho de la que encontrarías en otras zonas de bares del mundo.
La mayor parte de los occidentales ancianos que vemos (en su mayoría anglosajones) son residentes que han venido a pasar sus últimos días buscando el recuerdo de su juventud. Dejando atrás una larga vida de éxitos y fracasos. De rupturas y divorcios. De hijos criados y largas horas de jornada laboral. Vienen a disfrutar de un mundo más amable, sin tantas regulaciones ni hipocresías. Y sí, el que puede folla, cuando tenga una erección y pueda permitírselo. Ejerciendo su libertad personal para hacerlo, al igual que la chica que podría trabajar en un 7/11 pero prefiere ganar 170$ compartiendo noche con un hombre maduro.
¿Es inmoral irse de putas?
Hay quien se puede escandalizar, pero la mayoría de las putas no son chicas oprimidas ni esclavizadas. Podréis decir que no son libres para decidir su futuro. Pero ni ellas ni nadie. La vida nos pone en un lugar y nos abre unos pocos caminos y nosotros decidimos. Yo hubiera querido ser astrofísico, pero no tuve esa opción. También podréis decir que consumiendo prostitución fomentamos su existencia, oferta y demanda, un círculo vicioso. Pero la demanda no es exclusiva de algunos turistas. La hay interna y muy intensa, sólo tienes que acercarte a un salón de masajes.
Yo, que he recorrido el sudeste asiático con la bolsa al hombro y con el dinero justo para una cerveza, diré que si quieres follar vete a Khao San rd. o a Bui Vien st. en Saigón. Podrás follar con otros mochileros o mochileras, con putas de todos los colores. Podrás ponerte hasta el culo de alcohol por unos pocos baths y vomitar entre miles de jovenzuelos occidentales. Probablemente no saldrás de allí y pensarás que Asia es eso. O si quieres quédate en Sukhumvit, tómate unas cervezas en un «beer bar» hablando con una chica. Disfruta de la comida de sus puestos callejeros, de ver a la gente pasar y si una noche te apetece y alguna dama te gusta disfruta más íntimamente de su compañía. Si te hospedas en un buen hotel le darás una alegría. Ganará unos buenos dólares y tú habrás pasado un buen rato. Nada hay de inmoral en ello.
Impacto económico del turismo
En cuanto al impacto económico del turismo en la economía es grande, entre el 6 y el 12% (según que fuentes) del PIB. Y la prostitución supondría un 3% de éste. Tailandia crece a un ritmo desenfrenado y es uno de los líderes económicos de su región. No pensemos que es un país pobre, es un país en vías de desarrollo, con aún algunas desigualdades sociales y en condiciones de alcanzar altos grados de bienestar en los próximos años. Y no solo Tailandia. Malasia en mayor medida o incluso el comunista Vietnam son países cuyas economías se están desarrollando a una velocidad escandalosa y en los que una importante clase media urbana va creciendo poco a poco.
Así que si vienes, que no sea sólo por las bellas playas, ni por el gran patrimonio cultural, ni por la amabilidad de sus gentes, ni por su increíble gastronomía, ni por su excitante vida nocturna, ni por los salones de masajes, ni por las putas del sudeste asiático, ni buscando al amor de tu vida. Ven y déjate llevar, seguro que encontraras más de lo que buscas.