No te enamores de una gogo de Tailandia. Private dancer.

Si viajas por primera vez al sudeste asiático y en particular a Tailandia, ya sea por negocios o como turista, seguro que saldrás de copas por sus barrios más canallas. La noche se nos presenta vestida de neón y de alborozo. Es un mundo amable que contrasta con la marginalidad  que se suele intuir en todo lo que rodea al sexo de pago en occidente. Pero, ¡cuidado! No es oro todo lo que reluce.  Aquí nada es lo que parece. Por lo que amigo, ten cuidado y nunca, repito: NUNCA te enamores de una gogo o «private dancer» en Tailandia.

gogós de bangkok-private dancer

Pete

Pete es un tipo ya entrado en la treintena, un buen muchacho con un divorcio a sus espaldas. Británico, como tantos otros expatriados que por una u otra razón han ido a parar con sus huesos a la capital de Tailandia.

Pete escribe para una empresa editora de guías de viaje. Es un creativo y eficiente redactor. Anteriores trabajos sobre España o Francia así lo atestiguan. Con ilusión y ganas de comenzar una nueva vida, haciendo lo que más le gusta, llega a Bangkok. Pronto entablará contacto con otros expatriados, «farangs» (como nos llaman los thais) y con la excitante noche de la ciudad.

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Nana Plaza es uno de los barrios rojos de Bangkok. Complejo destinado al ocio para adultos en cuya tres plantas se sitúan bares, clubes de gogós (también de ladyboys) y habitaciones en alquiler por horas. Si conoces la ciudad, seguro que has pasado por allí.

Pete frecuenta «Zombie», bar de gogós en el que bonitas muchachas, prácticamente desnudas (hace unos años totalmente desnudas) bailan sugerentemente, agarradas a barras cromadas.

Los «farangs«: turistas o expatriados, acuden en tropel cada tarde a disfrutar de la atmósfera, beber unas copas, invitar a las chicas… y si se tercia, pagar el «bar fine» y volver acompañado al hotel.

Pete no tarda en prestar atención a una de las bailarinas de Zombie.

Paradise Agogo. LK Metro Pattaya -  private dancer

Joy

Joy es una de tantas gogós que trabajan en Nana Plaza. Muchacha delgada,  de larga y sedosa melena que le llega hasta la cintura. Ojos marrones y piel cobriza. Chica de familia humilde y originaria del noreste del país, de Isan. Región de economía rural y deprimida que nutre de mujeres la mayoría de bares, clubes y salones de masajes.

Joy quizás no se ajuste a los estándares de belleza asiático,  pero a ojos occidentales es una broncínea afrodita de hermosura sin igual. No encontrarás en tu país muchacha así que malgaste un minuto en tu compañía. Sí en Tailandia, pero tiene un precio, como todo. 

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Private Dancer

Pete comete el error en el que antes cayeron tantos otros «farangs»: enamorase de una gogo, de una bailarina, una «hooker», una prostituta en definitiva. Pese a las advertencias de amigos y de otros expatriados, hace oídos sordos y elige el camino de la autodestrucción

Como ya habréis adivinado, estos personajes son de ficción y la historia que os cuento es el argumento de un libro titulado «Private Dancer». Escrito por el autor británico Stephen Leather. Private dancer bucea, a través de sus personajes, en el mundo del sexo de pago en Tailandia. Y no solo en eso. Este ameno libro  nos permite conocer de primera mano todo lo que subyace detrás de la eterna sonrisa tailandesa. Allí nada es lo que parece.   

Freelancers Bangkok. Mejores bares de chicas Bangkok

Obra imprescindible para todo el que vaya a desplazarse al antiguo reino de Siam, ya sea como turista, por negocios o para comenzar una nueva vida.

Esta novela, narrada en primera persona por sus diferente protagonistas, nos permite conocer la mentalidad tailandesa: como son, cual es su ética, la forma en que aman, lo que piensan de los extranjeros. También nos muestra, sin entrar en disquisiciones morales, como el expatriado va evolucionando a medida que su estancia en el país se alarga: desde la inocente felicidad inicial, al cinismo descarnado del que descubre que vive en una mentira.

Como decía, el autor no entra a valorar la ética de los personajes, sean putas o turistas sexuales. Son los propios protagonistas los que se nos presentan y hablan sobre ellos y sus vidas. El gran acierto de este libro es que nos pondremos en el lugar de cada personaje, entendiendo sus razones y el porqué de como son y de como actúan en la vida.

Antes de analizar, más en profundidad, este manual de obligada lectura si viajas a Bangkok, Pattaya, Phuket (u otro destino similar) a disfrutar de la noche, dejo los enlaces por si queréis comprarlo (en papel) o descargarlo (pdf). Está escrito en inglés, pero con un nivel medio bajo será suficiente para leerlo con cierta facilidad.

Inciso

Hago hincapié en que, pese al hecho de que sea una obra de ficción, es la historia de cientos de extranjeros que pasaron por Tailandia y de miles de chicas thais que trabajan en el mundo de la noche.

Hombres occidentales que vienen a disfrutar de un mundo más amable y sin tantas regulaciones o prohibiciones, y en el que las chicas bonitas aún te prestan atención. Mujeres thais que trabajan duramente como prostitutas para mantener a  su familia, a sus padres y hermanos: hombres alcohólicos, y perezosos que viven del dinero que sus jóvenes hijas les envían desde la capital.   

Jacucci-Billboard-Nana Plaza - private dancer

A continuación, vamos a describir brevemente los personajes que aparecen en la historia y de los que el autor se vale para dar forma a la trama y a la vez mostrar los hechos que se narran desde diferentes ópticas.

Personajes de Private Dancer

Pete Raymond: Protagonista principal de la novela. Podría ser el alter ego de cualquiera de los extranjeros que se enamoran de una gogó. Trabaja para Alistair poniendo al día una guía de viajes sobre Tailandia. Enamorado perdidamente de Joy, no hace caso a las advertencias de sus amigos, ni siquiera de sí mismo. Pese a las continuas sospechas de infidelidad y de estar siendo manipulado por su «novia» gogó, prefiere cerrar los ojos y adentrarse en una espiral autodestructiva

Joy: Gógo que trabaja en el bar Zombie de Nana Plaza. Sus prioridades en la vida son el dinero, su familia y su novio thai: Park. Y por este orden. Tiene 20 años, trabaja duramente como bailarina y prostituta para poder mantener su nivel de vida y ayudar a su padre y hermanos. 

Nigel: Uno de los amigos de Pete. Vende publicidad para un directorio comercial, trabajo mal pagado. Típico «farang» que vive con el mínimo presupuesto posible. Dinero que sólo le da para tomar unas cervezas y tirar para delante.  

Bruce: Expatriado que ejerce de encargado en una fábrica de bolsos. Contratado por su actual jefe cuando aun trabajaba en Newcastle. Lleva algún tiempo más en Tailandia que Pete o Nigel y habla Thai con cierta soltura. De todos los personajes es el que mejor acepta y comprende el carácter tailandés. Respeta a los nativos y no suele  interactuar con las prostitutas. Tras un tiempo, su desempeño en el trabajo decae, la ciudad va  haciendo mella en él e incluso se enamora de una gogó: Troy.

Fitzgeralds Irish bar. Bangkok

Big Ron: Sin duda uno de los protagonistas más icónicos y reconocibles de la novela. Sudafricano, trabajaba como contable en su país. Tras el fin del apartheid se muda a Tailandia. Es el dueño de Fatso’s, pub de estilo británico (situado en soi 4) en el que se reúnen todos los personajes a tomar las primeras cervezas de la tarde. Es el típico expatriado cínico y  amargado que, tras muchos años en Tailandia, ha sido incapaz de adaptarse y vive en su gueto particular rodeado de los suyos. Odia a los thais, de los que tiene el peor de conceptos y  como «farang» se siente despreciado por ellos. Sabe que las gogós son «hookers» (putas), sin excepción, que sólo quieren dinero e intenta advertir a Pete sin éxito

Jimmy, Rick, Matt: Expatriados que ya llevan años en Tailandia. Conocen bien la noche y los riesgos de las chicas profesionales. Pasaron ya hace tiempo la azarosa fase del recién llegado. Ahora centran su atención en «los menos peligrosos «ladyboys, que son los que hacen las mejores mamadas.   

agogo-bars-private dancer

Sunan y Mom: Hermanas mayores de Joy. Sunan es la más experta y trabajadora de las tres. De fría mirada, no hay noche que no consiga llevar a algún «farang» al hotel. Tiene un novio noruego: Toine, al que ve un par de veces al año y del que obtiene suculentos ingresos. Logra enamorar a Vernon, un tipo americano que la desposará y con el que marchará a América. Mom, ya en la treintena, tiene marido y una hija pequeña. A Pete le parece la más honesta de las hermanas.

Apple, Wan, Troy: Gogós de Nana Plaza. Wan y Apple son amigas de Joy. Wan y joy trabajan como pareja haciendo un show lésbico. Suelen hablar en jemer entre ellas cuando no quieren que Pete las entienda. Troy, que trabaja en Spicy Agogo, no se prostituye (o al menos eso dice). Termina por enamorar al bueno de Bruce.   

Gogós-tailandia. private dancer

Bruno Mayer: Alemán que trabaja en la universidad germana de Bangkok como profesor. Casado y con hijos en su país, pasa de tres a seis meses en Tailandia. Allí tiene pareja: Pam. Una thai de mediana edad de la región de Isan. Bruno es experto en prostitución y turismo en Tailandia. Ha escrito un ensayo sobre el tema que podremos leer a lo largo de la novela. Sabe que su pareja no le es fiel y que quizás tenga incluso marido, pero no espera nada más que sexo y amistad de Pam.  Acompaña a Pete y Joy en su viaje a Surin.

Alistair: Es el jefe de Pete. Entusiasmado inicialmente con el buen hacer de éste. Cuando la vida de Pete desciende en una alocada carrera hacia la nada, intenta ayudarlo sin éxito. Finalmente lo despide. 

Saravoot (jefe de Bruce): Thai dueño de la fabrica de bolsos donde trabaja Bruce. Aunque en principio su relación es buena, pronto la desconfianza mutua, debida a las diferencias culturales, hace mella en la opinión que tienen el uno del otro. Bruce intenta organizar la fabrica al estilo occidental para mejorar la eficiencia, pero él es reticente y no le facilita la labor. Cuando Bruce termina por sucumbir a un estilo de vida disoluto, Saravoot ve confirmada su mala opinión sobre los «farangs»

Leather bag factory

Damien: Pedófilo manager del  club en el que trabaja Joy. Tan cínico como realista y conocedor de la prostitución, intenta aconsejar y ayudar a Pete, también sin éxito.

Park: Novio thai de Joy. Trabaja como dj en Zombie. Joven atractivo y de complexión atlética que es el verdadero «amor» de Joy. Es un tipo violento, mujeriego y vago. El típico «chulo putas» en versión tailandesa.  

Phiraphan (detective): Contratado por Pete para averiguar si Joy le miente (si está casada). Otro personaje del que se vale el autor para explicarnos por qué las relaciones entre chicas de bar y extranjeros están abocadas al fracaso.

Detective. Private dancer

Vernon: Americano que se enamora de Sunan, hermana de Joy, a la que conoce por catálogo. No hace caso a las advertencias de Pete y ni siquiera a los informes del detective que verifica que Sunan tiene pareja.  Se casa con Sunan y se la lleva a América.

Didt, Ning, Moo y Wandee (hermanastra y primas de Joy): Ultimas muchachas en llegar a Bangkok desde Isan en busca de una vida mejor y de dinero para ellas y sus familias. Didt se parece a Joy y muestra gran talento para la prostitución. Wandee no consigue adaptarse y vuelve a Surin.  

freelancer esperando en la calle

Breve resumen, argumento de Private Dancer

«Está muerta. Joy está muerta. Joy está muerta y yo la he matado».

Con esta frase comienza esta adictiva novela que casi podría ser un ensayo sobre la prostitución en Tailandia. En la segunda página damos un salto temporal hacia atrás y Pete nos habla sobre la primera vez que vio a Joy, y como quedo inmediatamente prendado de ella: «No sé si fue amor a primera vista, pero estuvo muy cerca. Tiene el pelo más largo que nunca vi, negro azabache, y casi hasta la cintura» 

A estas alturas creeremos que el autor nos ha hecho un «spoiler», lo que nos puede llegar a disuadir de seguir leyendo… No lo hagas, quizá no sea lo que parece. A partir de aquí, los diferentes personajes se van presentando a medida se desarrolla la trama. Sus opiniones y como analizan lo que va sucediendo desde distintas perspectivas, enriquecen la lectura.

ladyboys. private dancer

La novela es, en resumen, una montaña rusa. Carrera cuesta abajo hacia la autodestrucción de Pete. Una continua lucha interna entre el deseo de ser amado por Joy y la cruda realidad que no quiere aceptar: el hecho de que ella es una prostituta y él un cliente que paga por sus servicios. 

Pese a los avisos y consejos de amigos y conocidos. A sus propias dudas. O a la evidencia de que está siendo engañado como tantos otros «farangs»: el amor es ciego y prefiere amoldar la realidad a sus deseos. 

La bonita, coqueta y tierna Joy no es la «mala de la película». Ella simplemente actúa de acuerdo a su ética. No quiere hacer daño a Pete. Éste es un cliente más, una fuente de ingresos. Podemos decir que ella también es victima del deseo de Pete por cambiarla, porque deje de ser lo que es.

Gogo's en Nana plaza. barrios rojos de Bangkok

El autor aprovecha el devenir de la vida de los dos protagonistas, con sus peleas, sospechas, risas y llantos, para ofrecer una detallada visión de los barrios rojos y la vida de los expatriados en el Bangkok de finales de los 90 (muy parecido al actual).    

Conclusión:

Al margen del sugestivo argumento, que ya de por sí dota de gran interés a una novela enormemente adictiva, sobretodo si conoces Bangkok y sus barrios rojos, hay varios aspectos a destacar en los que el autor (a través de los personajes) hace hincapié.  Vamos a enumerarlos:

¿Qué opinión tienen los thais de los extranjeros? ¿Y los extranjeros de los thais?

De la lectura del libro se desprende que el concepto que tienen los expatriados de los ciudadanos locales, así como el que estos últimos tienen de los expatriados y extranjeros en general, no es el mejor. Sin duda hay una falta de confianza debido a las diferencias culturales que hacen difícil la comprensión mutua.

girls in disco

Y esto ocurre en todas las facetas de la vida.

En el trabajo: diferente filosofía y concepción del respeto, la eficiencia, responsabilidad etc…

Es paradójico que tanto locales como expatriados consideren a «los otros» como perezosos y no dignos de confianza.  

En el amor: Los «farangs siempre mienten» repite Joy. Ellos solo dicen «te quiero», un thai no lo dice: lo demuestra.

Para un thai el amor es también cuidar del otro, ayudarlo (incluso económicamente). Para un occidental amor y dinero son antagónicos.

Los asiáticos, como muchos sabréis, son reacios a mostrar los sentimientos en público; mientras que para nosotros es algo fundamental y necesario en nuestras relaciones afectivas.

Gogos tomando un respiro

El respeto, evitando conflictos. Perder la cara.

Por otro lado, el occidental es directo, rudo a los ojos de un thai. Para los tailandeses el respeto es algo crucial en sus relaciones. Hay que ser extremadamente cuidadoso al verter una opinión. Nunca se debe avergonzar a un thai en público, ni en privado. Para un occidental, el concepto de «perdida de cara» es algo comprensible, pero raro. Un thai siempre evita la confrontación, la eterna sonrisa tailandesa es una mascara: pueden sonreír incluso si están enfadados (esto es algo que siempre me ha desconcertado).

-Concepto de «lose face»-«save face». 

En mis primeros viajes e interactuando con mis primeros amigos locales, se daban situaciones del todo incomprensibles para mí. ¿Por qué les cuesta tanto decir que no? ¿Por qué no reconocen su incompetencia en algún tema por baladí que sea? Los reproches en público, incluso cuando son merecidos, pueden llevarte a una situación incómoda o incluso peligrosa.

Lose face

Ejemplos se me ocurren a decenas: preguntar por una dirección y recibir indicaciones erróneas cuando sería mejor que te dijeran que no saben, conocen o entienden. Camareros que se equivocan al servir y que no rectifican ni aceptan tus quejas. Socios comerciales con los que llegas a un acuerdo (o eso tu creías), aquella sonrisa y buenas maneras no era un sí, simplemente no podían comprometerse y no nos lo dejaban claro. 

Simplificando, para un thai (en Camboya y en Vietnam también ocurre) el estatus es muy importante. No puedes avergonzarlo o dejar ver su incompetencia porque supone una perdida de éste (perder la cara). En el lado opuesto, toda acción que le permita aumentar el respeto ante si mismo y antes sus iguales supondrá  «ganar cara». En resumen, los halagos y premios son bienvenidos, los reproches mejor evitarlos (y más en público).

land of smile. thailand

-La sonrisa tailandesa que nos maravilló en nuestra primera visita.

Es la misma sonrisa que te va a poner de los nervios cuando vuelvas al país una y otra vez. La sonrisa thai es una formula para evitar conflictos. Muy raro es ver a estas gentes perdiendo la paciencia, evitan a toda costa la confrontación regalándote una sonrisa. El vendedor del puesto de la calle o el taxista te engañaran con una sonrisa, si se lo haces saber te regalarán otra sonrisa. Sonríen incluso cuando están tristes (o eso creo yo). Y así debes actuar tú también cuando viajes a Tailandia. Sonríe siempre, hasta cuando te estés «cagando en los muertos» de alguno. Siempre con una sonrisa y sin perder los nervios.

Gogo de Billboard, Nana Plaza

-Enamorarse de una gogo

Estos temas se tocan ampliamente a lo largo del libro. Por supuesto, también el del amor imposible entre una prostituta thai y un occidental. Aunque pensémoslo bien. ¿Te casarías con una puta de tu país de origen? ¿Por qué lo harías en Tailandia? ¿Por qué estas relaciones están abocadas al fracaso? Evidentemente, tú no eres Richard Gere ni la gogó» Pretty Woman». Esa chica tan tierna y cariñosa, hasta infantil en su comportamiento, modosita y traviesa, que parece que no haya roto un plato, es una profesional. Sabe lo que quieres y te lo da: si quieres sexo te da sexo, si buscas compañía te la dará. Si quieres amor te hará creer que te ama y te hará sentir amado. ¡Le pagas por ello! ¡No la culpes por hacer bien su trabajo!

En cualquier caso, incluso con chicas regulares asiática las relaciones son realmente difíciles; la diferencia cultural es abismal y la incomprensión indefectiblemente las abocará al fracaso. ¡Y puedo dar fe! 

Pulse Agogo

-Los barrios rojos, bares, salones de masaje, shows de pin pong

Private Dancer te muestra la vida nocturna de Bangkok que vas a encontrar en los barrios rojos, y pese a que el libro tiene ya unas décadas, la refleja fielmente. Los clubes de gogós son tal y como los describe (ahora las chicas no bailan desnudas). Los salones de masajes con todo su ritual de baño, masaje y sexo. Los peligrosos timos de los shows de ping pong en Patpong. Los bares de expatriados británicos en los que ni los turistas parecen bienvenidos… Realmente, leyendo la novela me he sentido transportado a la noche de Bangkok que tantas veces he disfrutado. 

Chicas en salones de masaje de Bangkok

Como he repetido a lo largo de la entrada, libro de obligatoria lectura si eres hombre y vas a visitar Tailandia a disfrutar de su noche.

¡Buen viaje!

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