Kratié, el norte rural de Camboya que duerme a orillas del Mekong
Todo aquel que haya viajado con cierta asiduidad, con tiempo de sobra en la maleta y sin un destino concreto, sabe que la magia del viaje puede esperar detrás de cualquier esquina, en el rincón más inesperado de nuestro camino. Kratié, al norte de Camboya, fue para mí uno de esos lugares que te encandilan sin saber por qué. Muchos de los mejores recuerdos del Reino de Camboya los guardé en la mochila de mi memoria al pasar por esta humilde ciudad que dormita a orillas del gran Mekong.
Kratié es como esa joven pizpireta de provincias que nos acoge con desparpajo y hospitalidad. Pueblo rebosante de simpatía y bondad. Sus gentes te harán sentir la, cada vez más difícil de experimentar, cálida generosidad jemer.
Al menos, así lo sentí yo, quizás otros no fueron tan afortunados. Cuento las cosas tal y como las viví y, en cualquier caso, si amas los agrestes entornos rurales en los que los infinitos campos de arroz se dejan labrar por el búfalo de agua. Si te fascinan los briosos cursos de agua que ayudaron a escribir la historia. Si disfrutas de la sonrisa de un niño que te habla en un idioma extraño a tus oídos. No lo dudes, acércate a Kratié, al norte de Camboya.
Ciudad de Kratié – Provincia de Kratié
La localidad de Kratié (se pronuncia krache o krachi) es la capital de la provincia homónima camboyana que se extiende por el centro y nordeste del país.
Kratié es una pequeña ciudad de arquitectura colonial que acoge a unos 40.000 habitantes. Se despereza soñolienta a orillas del impresionante Mekong que desciende perezoso desde la frontera Laosiana. Numerosas islas formadas por bancos de arena dividen el curso del majestuoso río. La más cercana al centro urbano, Koh Trong, es uno de los puntos de atracción turística de la ciudad. 15 kilómetros al norte se encuentra el embarcadero de Kampi, allí se dirigen viajeros y turistas a cumplir con el ritual de observar a los pocos delfines del Mekong que logran sobrevivir en alguna de las pozas fluviales entre Laos y Camboya.
La provincia de Kratié tiene una extensión de 1094km2 y una población no superior a los 300.000 habitantes. El paisaje es eminentemente rural, predominando los campos de arroz y las bellas plantaciones de loto. También ofrece rincones en los que la selva aún no se ha dejado vencer por la mano del hombre y agrestes montañas con picos tales como el Snuol, en la frontera con Vietnam y el Monte Prech junto a la Provincia de Mondol Kirí.
Como llegar a Kratié en el norte de Camboya
Como ya sabréis, Camboya se recorre en autobús ya que las infraestructuras ferroviarias se están reconstruyendo. La empresa Sorya bus conecta cada rincón del país. Autobuses humildes pero lo suficientemente cómodos si obviamos los estruendosos clips musicales que atronan en el televisor de a bordo. Viajarás rodeados de gentes locales y algún turista, experiencia del todo imprescindible.
También son de suso frecuente las furgonetas tipo «Nissan» que con 8 plazas, algo más estrechas que las del autobús, recorren los trayectos en menor tiempo. No será difícil encontrar asiento en una de ellas solicitándolo en el hotel o pensión.
Hasta Kratié desde Nom Pen
Podemos tomar el autocar de Sorya Bus que sale desde el mercado central y cuyo billete cuesta 8$. Nos deja en Kratié tras 7,5 horas de viaje y 240kms recorridos. Solían ser dos autobuses diarios, a las 7 y 9am. Dadas las circunstancias actuales, es necesario comprobar horarios tan pronto como viajar sea posible.
Las furgonetas hacia Kratié parten de la turística esquina entre las calles 134 y 139. Compañías que hacen habitualmente el trayecto son Heng Sokkhoeun Express o Thang Vang Express. Cobran unos 10$ y te dejaran en tu destino tras una 6 horas de viaje.
Los autobuses son más puntuales que las furgonetas, que no suelen salir hasta que no están llenas o que no dudan en dejarte en la estacada si los viajeros no son suficientes. Lo que podría haber sido un ahorro de tiempo puede convertirse en una pesadilla (lo he sufrido en mis carnes).
Desde Laos hasta Kratie
Si bajas desde Laos, bien sea desde Pakse o bien desde las 4000 islas, las opciones siguen siendo el autobús y la furgoneta.
Desde Pakse se puede tomar una furgoneta de AVT por unos 30$ (6/7 horas). A enero del 2021 parece ser que el servicio se haya interrumpido y que la única forma de llegar es vía Siem Reap tras un agotador viaje de 20 horas.
Desde las 4000 islas, no será difícil tomar una autobús turístico desde el embarcadero de Don Det tan pronto como se abran las fronteras y la afluencia de viajeros se normalice.
Que hacer y que ver en Kratié
Es Kratié ciudad de paso de mochileros que van haciendo norte rumbo a Laos o que llegan a Camboya desde el icónico emplazamiento de las 4000 islas en el reino del millón de elefantes. Lugar en el que descansar y reponer fuerzas en el camino. Pero Kratié, y todo el norte de Camboya, merece el viaje por si mismo.
Algunas actividades, que vamos a señalar, son las más habituales a disposición del viajero. Pero tan solo disfrutar de la puesta de sol frente al caudaloso Mekong, unirte a las gentes en el mercado local, explorar la recoleta ciudad observando su arquitectura colonial, pasear en motocicleta por el embriagador entorno rural, saciar el hambre entre los manjares que ofrece la gastronomía local…. son razones mas que suficientes para visitar este maravilloso lugar.
Intentar ver a los últimos delfines del Mekong
En el tramo de río que transcurre entre Laos y Kratié habitan los extraordinariamente tímidos delfines de río (delfín irrawaddy). Unas ultimas decenas de este tristemente escaso mamífero cuyo destino parece ya sellado. La excursiones que intentan localizar a estos huidizos animales parten desde Don Det en Laos o desde Kratty.
Lo más habitual es acudir al embarcadero de Kampi, a 15 kms al norte de la ciudad. Se puede ir en bici que puedes alquilar por un par de dólares, en moto (5$) o en tuk tuk (10$). El precio de la excursión en barco dependerá del numero de viajeros y normalmente serán unos 7-10$ por una hora de navegación. El avistamiento no está garantizado. Si se logra localizar a un grupo el bote se detendrá y disfrutaremos del lento transcurrir de las aguas y del tiempo observando como juegan y resoplan los últimos delfines del Mekong.
Kayaking en el Mekong
Sorya Kayaking Adventure ofrece excursiones de medio día por las tranquilas aguas del Mekong, Excursiones diseñadas para hacer en grupo y que permiten disfrutar del precioso entorno y su vida salvaje. Por supuesto, el principal objetivo será lograr ver a los huidizos delfines. Aunque si no se tiene la fortuna, siempre podremos tomar un baño y disfrutar de unas horas remando en compañía de otros viajeros. Contaremos con la compañía de un guía de habla inglesa y de un refrigerio a disposición de los sufridos palistas.
Los precios oscilan entre los 50 y 25$, para más información visitar su website.
Pasear por la isla de Koh Trong
La isla de Koh Trong se sitúa frente a la ciudad y se puede acceder a ella tras tomar un bote cuyo ticket vale menos de 1$ (un puñado de rieles). El servicio de transbordo se ofrece entre 6am y 6pm. Si se te hace tarde tendrás que dormir en alguno de los albergues de la isla o alquilar un bote particular (15$).
Tras alcanzar la orilla de la isla, debes recorrer sus amplios márgenes arenosos. Pronto verás las primeras tiendas que ofrecen las bicis por 1-2$.
El camino que circunda la isla mide unos 14kms y se puede hacer sin gran esfuerzo parando en los miradores dispuestos a tal efecto. De particular atractivo es el pueblo flotante que se emplaza en la orilla opuesta de la isla.
Wat Sor Sor Mouy Roy o Pagoda de los 100 pilares
Precioso templo situado a unos 35kms al norte de la ciudad de Kratié. Edificio de inusual belleza levantado en el siglo VIII y renovado a finales del siglo pasado. En principio fue palacio real, pero dice la leyenda que tras ser la hija del rey devorada por un cocodrilo se alzó el primer templo para custodiar sus restos.
Los precioso frescos de temática budista que decoran el interior es uno de sus mayores atractivos.
Junto a la pagoda se sitúa el centro de recuperación de la tortuga gigante del Mekong. Experiencia prescindible, pero ya que estás allí puedes echar un vistazo. Además, el importe del billete se destina (según dicen) a la conservación y reintroducción de estos reptiles. La entrada cuesta 2/4$
Krong Kracheh Pagoda
Templo situado en el centro de Kratié. De bellos tonos dorados podremos visitarlo con respeto siempre que no haya fieles. Destaca en él una estupa dedicada a una princesa de nombre Chedei Kropom Chhuok. Se puede regalar comida a los monjes o dejar un donativo como en tantos otros templos de la zona. No excesivamente limpio ni bien conservado.
Wat Roka Kandal
Otra pequeña y antigua pagoda situada a unos 3kms al sur de Kratié. Destaca por los bellos dibujos que decoran sus interiores y el techo de madera. Alberga un pequeño museo o exposición así como una tienda de souvenirs.
Phnom Sombok
Templo situado en la cima de una colina a unos 10kms de Kratié. Se puede visitar al regreso de la excursión a la pagoda de los 100 pilares. Para alcanzarlo es necesario subir unos 300 escalones. Una fila de estatuas que representan a monjes con su cuenco se alinean junto a las escaleras. Las vistas desde las alturas son fabulosas.
Epilogo
Cuando estuve en Kratié por última vez me hospedé en un hostel que acababa de abrir sus puertas. Lo regentaba un tipo francés tan simpático como negado en el arte de dirigir un establecimiento hotelero. Un par de jóvenes secuaces camboyanos con escaso dominio del inglés hacían de camareros, conserjes, chicos de los recados… de hecho, vivían allí durmiendo en la misma terraza. No me pareció que el lugar tuviera mucho futuro con tal personal… Ahora veo que en aquellas instalaciones hay un albergue de nombre Sorya Hostel (los mismos de Sorya Kayaking) que regentado por una americana (según leo) acumula muchas críticas positivas.
Sólo puedo añadir que el balcón del hostal orientado a poniente frente al gran río es el lugar perfecto para descansar saboreando un magnífico atardecer. Las horas que pasé disfrutando de una fría cerveza mirando como el sol se ocultaba tras el caudaloso Mekong fueron horas inolvidables que aún recuerdo con inusitada melancolía. Si no te importa compartir dormitorio con jovenzuelos no dudes en hospedarte en este humilde hostal.
Buen Viaje!