Si Phan Don, Pakse, Thakhek, Vientián y Luang Prabang
Es Laos un país alargado que aprisionado entre Tailandia y Vietnam discurre junto a la ribera del Mekong. Lo hace siguiendo los ritmos que marca esta gran arteria fluvial. Corriente de aguas embravecidas y vigorosas al norte, cerca de China, que al sur se despereza somnoliento entre meandros e islas. Allí fluye tranquilo, al igual que la vida en los arrozales que lo despiden junto a la frontera de Camboya. Viajar por Laos, remontando aguas arriba el icónico río, es una de las experiencias más gratificantes que he vivido en mis andanzas por el sudeste asiático.
Es el «reino del millón de elefantes» (como así se le conoce) destino habitual del joven viajero que mochila a la espalda se desplaza a esta zona del mundo. Parajes como las 4000 islas del Mekong, junto a Camboya, o la coqueta Luang Prabang, en el selvático norte, son puntos de obligatoria visita.
Las infraestructuras turísticas del país no están a la altura de las de sus vecinos. Tampoco es el suyo un turismo orientado al ocio nocturno. Ni la herencia cultural es la más importante de la zona. Pero Laos tiene algo especial, tiene esa melancólica belleza de la indochina colonial, ese espíritu tranquilo del que se sabe el vecino pobre y lo acepta con budista resignación.
El entorno natural es de una belleza apabullante, magnífica. Al norte montañas de caliza, selvas, ríos que vierten sus flujos en blancas cascadas, profundas simas sin explorar. Altiplanos de fresco clima, cafetales y granjas en el centro del país. Al sur arrozales, llanuras, islas fluviales y el río, siempre el río. Dedicar a Laos un par de semanas de tus vacaciones, disfrutando plácidamente de viajar, sin prisas ni sobresaltos, es una de las mejores decisiones que podrás tomar como viajero.
Recomiendo patearlo de sur a norte, desde las 4000 Islas hasta Luang Prabang. Así lo hice yo. Es un viaje que se hace en autobús, con paciencia, disfrutando del viajar, del lento discurrir de la vida. No hace falta estar en buena forma, ni hacer trekkings interminables. En cinco etapas podemos recorrer el país, 5 trayectos y cinco paradas para reponer fuerzas y hacer turismo.
Viajemos pues…
- 1ª Etapa Kratie – Si Phan Don
- 2ª Etapa Si Phan Don – Pakse
- 3ª Etapa Pakse – Thakhek
- 4ª Etapa Thakhek – Vientián
- 5ª Etapa Vientián – Luang Prabang
1 Camboya-Sur de Laos. De Kratie a Si Phan Don.
La primera etapa la recorreremos entre el norte de Camboya y alguna de las islas del Mekong, en la que disfrutaremos de un ambiente relajado y de los atractivos turísticos que el río ofrece.
Yo viajé desde Kratie, preciosa localidad jemer situada a 200 kms al sur y a unas tres horas de camino. Se puede tomar desde allí una furgoneta (minivan) o autobús que parte rumbo hacia Laos. Las oficinas de Sorya Bus estaban en el centro frente a un restaurante. Bar que había junto al embarcadero por el que se accede a la arenosa isla de Koh Trong. Allí contraté el viaje en furgoneta, pregunta en el hotel si te es más fácil.
Otra opción es hacer noche en el pueblo de Stung Treng, a unos 70kms de la frontera (algo más de una hora). El viaje se hará menos pesado, aunque los atractivos de este polvoriento pueblo ribereño del Mekong no son muchos.
Visado para Laos:
El visado se puede obtener online o a la llegada. El precio es de 35 dolares (o euros) más un par de dólares que te obligarán a pagar por ponerte el sello (un timo inevitable). Otras pequeñas trampas con las que te pueden intentar sacar unos dolares son:
– 5$ por un innecesario control médico.
– 5$ que te pedirá el del autobús por tramitarte el visado. Lo puedes hacer tú sin problemas.
No olvides llevar un par de fotos, tu pasaporte con 6 meses de validez y las vacunas pertinentes si hubiera alguna obligatoria (para los españoles de momento no la hay). Billetes de 1$ para pagar los timos o un gran poder de convicción y paciencia.
EL viaje desde Kratie hasta Don Det, en el caudaloso Mekong, llevará unas 5 horas y costará 14/15€. En el embarcadero de Nakasang deberás tomar el bote que te lleva a las islas (15.000kips). Normalmente incluido en el billete.
La desolada frontera entre Camboya y Laos es el terreno propicio para que sufras algún pequeño percance o corras alguna aventura de esas que luego contarás a los amigos. Pueden decirte que te esperan al otro lado y que para tu sorpresa allí no haya nadie. Ármate de paciencia y piensa que al final todo tiene solución; y no te dejes timar en la medida de lo posible. Es parte de la magia de viajar por Laos.
1.1 Primera parada Don Det
Si Phan Don es el nombre laosiano para las 4000 islas del Mekong. Archipiélago fluvial que reposa en el río junto a la frontera con Camboya, al sur de la provincia de Champasak.
Las tres islas principales que lo componen y en las que el viajero se suele alojar son: Don Khong (la más grande), Don Det y Don Kho. Las dos últimas son el destino habitual de los jóvenes mochileros: En ellas resulta fácil encontrar barato hospedaje en un hostel. La mayoría de hostales y apartamentos están en Don Det, mientras que los puntos de interés turístico se encuentran en Don Kho.
Qué ver
– Los restos del ferrocarril de vía estrecha que construyeron los franceses.
– Los rapidos de Khone Phapheng.
– Cascadas de Li Phi.
– Los últimos y enigmáticos delfines del Mekong que habitan un tramo de río entre Don det y Kratie.
Se puede alquilar bici para recorrer la isla por unos 10.000 kips. Al pasar de Don Det a Don Kho se pagan unos 35.000kips de peaje.
Al margen de estos pasatiempos, Si Phan Don es el lugar en el que descansar, disfrutar del maravilloso paisaje y del lento ritmo de vida local. Si eres un joven viajero podrás confraternizar con tus iguales bebiendo una cerveza o fumando yerba a la puesta de sol (si es lo tuyo).
Si ya has cumplido los 40 y no quieres verte rodeado de jovencitos, recomiendo hospedarte en la isla de Don Khong, la más grande de todas y la más tranquila, o la menos profanada por el turismo. Con unos 55.000 habitantes y dos pueblos principales: Muang Saen (oeste) y Muang Khong (este), aquí el pasatiempo principal es disfrutar del entorno: granjas y arrozales que podemos recorrer en bicicleta.
Viajar por Laos está siendo toda una experiencia. Decidimos abandonar las bonitas islas del caudaloso Mekong y dirigirnos al norte hacia Pakse.
2 Desde Si Phan Don (Dondet o Don Khong) hasta Pakse
Si te alojaste en Don Det las opciones para llegar a Pakse pasan por:
1 Tomar el bote hasta Nakasang a la otra orilla del río y allí comprar el billete de autobús regular que va hacia le norte. 15.000/30.000 kips (1,5/3€) el bote y 40.000 (4€) el autobús que sale entre las 7 y las 10am cada hora. Los billetes se venden en Nakasang, junto a los bancos, a 500 metros del río.
2 Autobús turístico que parte desde Don Det a las 11:00 o desde Nakasang a las 11:45. Precio 10/15€. Puedes comprar el ticket en Don Det.
Hay que tener en cuenta que para cruzar el río antes de las 8 hace falta un bote privado, lo que es más caro.
Viaje de 4 horas y 140 kms.
La compañía Green Paradise ofrece el viaje con ferry incluido.
2.1 Segunda parada: Pakse. Bolaven Plateau
Viajar por Laos, desde el sur hasta su extremo más septentrional es una aventura al alcance de cualquiera. Llegamos a nuestro segundo destino, la ciudad de Pakse, que se ubica en la confluencia del Mekong y su tributario el Xé. Con unos 87.000 habitantes, destaca por ser la mayor ciudad de la provincia de Champasak y un importante puesto comercial.
El principal atractivo de la ciudad, al margen de las vistas al portentoso río y las visitas a un par de templos, es la excursión al cercano altiplano de Bolaven (Bolaven Plateau).
El loop
El «loop» o vuelta a la meseta de Bolaven, es un recorrido de 200 a 300 kms (según se desee) que nos llevará por distintos puntos de interés, la mayoría son cascadas que se pueden visitar tras pasar por caja. Se puede hacer noche en varios pueblos en los que algunas «guesthouses» ofrecen cama a precios moderados. Realmente, no se hace necesario el pernoctar en la zona y puedes dar la vuelta (en versión corta) en una sola jornada.
Deberás alquilar una moto en alguno de los varios locales que ofrecen el servicio en la ciudad, o en tu hotel. Como es habitual, hay que dejar el pasaporte en prenda. Levántate temprano, toma la moto, llena el depósito y con la ayuda de alguno de los mapas que hay por internet te diriges a la primera cascada. Sigue la ruta, para a reponer fuerzas en cualquier humilde puesto de comidas y al acabar la tarde estarás de vuelta con un saco de bonitos recuerdos a tus espaldas.
Consejos a tener en cuenta son:
1 Alquila la moto en algún lugar que te inspire confianza. Si es posible en el hotel, mejor.
2 Lleva chubasquero o impermeable porque va a llover: sí o sí. Todas las tardes cae un chaparrón. Además, el tiempo es fresco en la zona.
3 En algunas cascadas te puedes bañar. No olvides el bañador.
4 Conduce con precaución y llena el depósito cuando tengas ocasión. Yo hice el «loop» con dos depósitos de la moto.
5 Disfruta de la increíble sensación de libertad y del maravilloso paisaje rural de Laos: granjas, cafetales, humildes aldeas…
La ciudad no ofrece muchas atracciones al turista, podemos gastar una mañana en caminar por los alrededores visitando algún templo como los de:
-Wat Luang y Wat Phabad
Y mirar el caudaloso río desde el puente francés. Los pescadores en sus diminutas barcas arrojan a las aguas las redes en imposible equilibrio. Respira el recio aire que suele soplar por sus orillas y disfruta del momento.
Si quieres visitar algunas ruinas jemeres te puedes desplazar 40kms al sur y ver los restos de Wat Phou Champasak. Si vienes de Camboya, probablemente no tengas más ganas de ver piedras dedicadas a Visnú y compañía.
Alojamiento
Yo me hospedé en el conocido y céntrico hotel Lankham. Situado en un edificio grande, feote y desvencijado. Seguro que sus paredes han visto mejores días. Pero por 13€ tienes habitación individual con aire acondicionado. Justo al lado alquilan motocicletas y en frente un «super» de conveniencia permite hacer pequeñas compras. Si no eres muy sibarita es una buena opción.
3 Desde Pakse a Thakhek. Tecera etapa en nuestro viajar por Laos
Con las alforjas repletas de recuerdos y experiencias vividas vamos ganando norte en el camino que nos llevará hasta Luang Prabang, «meca y shangrilá» de todo mochilero que se precie en su viajar por Laos.
Aunque tenemos aeropuerto en Pakse, evidentemente, el avión no será nuestro medio de transporte durante la visita a Laos, al menos de momento. Como viene siendo habitual, tomaremos un autobús para recorrer los 335kms que separán Pakse de Thakhek (7h). Salen autobuses dos veces al día desde la estación norte de la ciudad, que se encuentra a 35kms del centro y a la que hay que llegar en tuk tuk. El precio del billete es de unos 6€.
Puedes contratar el viaje en el hotel con el consecuente sobreprecio y un tuk tuk pasará a recogerte a la hora concertada. Yo lo hice, y pagué 80.000 kips (8€) lo que no es mucho.
Algo frecuente en los autobuses de Laos es que lleven sillas de plástico. Si los asientos convencionales están ocupados, te toca sentarte en una pequeña silla de resina en el pasillo. Que no te extrañe si te ves en tal situación.
En cada parada, miriadas de vendedoras subirán vociferantes al autocar ofreciendo huevos duros, trozos de pollo asado, refrescos y otros refrigerios. Es todo un espectáculo y una oportunidad para reponer fuerzas.
3.1 Tercera parada: Thakhek
En nuestro camino hacia el norte llegamos a Thakhek. Es ésta una ciudad de tamaño medio parecida a Pakse. Con 85.000 habitantes yace a la orilla del Mekong como toda urbe que se precie en Laos. Es la capital de la provincia de Khammouane, territorio montañoso y poblado por espesos bosques. Numerosos ríos recorren su geografía hasta terminar uniendo sus aguas con el caudaloso padre que desciende hacia el sur.
La ciudad tiene un cierto aire colonial, sus edificios y villas le dan ese toque romántico afrancesado tan atractivo. Queda unida a Tailandia a través del tercer puente de la amistad que nos permite cruzar hasta la ciudad de Nakhon Phanom.
Thakhek es otra ciudad que sin grandes atractivos en sí misma, permite establecer en ella la «base de operaciones» para explorar el maravilloso entorno natural y rural que la circunda.
Las moles de caliza de caprichosas formas y cubiertas de verde foresta dotan al paisaje de una mágica apariencia. Granjas, aldeas, casas de madera elevadas sobre pilotes salpican las breves llanuras que se resisten a ceder ante las cumbres. Vacas que cruzan con parsimonia los caminos mientras búfalos de agua trabajan duramente abriendo la tierra apremiados por los campesinos. Cerdos, gansos y gallinas nos saldrán al encuentro al acercarnos con curiosidad a algún humilde pueblucho…
Este Laos rural que parece dormir plácidamente es el que espera en Thakhek y es el que más disfruté en mi visita a Laos.
Otro vuelta en moto. El loop de Thakhek
Pues sí, ésta es una de las principales atracciones de Thakhek y sus alrededores, al menos para el viajero más joven y aventurero. También tenemos aquí una ruta que permite ser recorrida en motocicleta. Loop de mayor dificultad que el de su hermano pequeño en Pakse y que si decidimos hacerlo en toda su extensión nos supondrá un mayor esfuerzo. En cualquier caso, tú serás el que decidas hasta donde quieres llegar. Si sólo quieres recorrer las zonas más próximas a la ciudad lo podrás hacer sin problemas en una jornada. Aquí, en lugar de cascadas, son grutas las que nos esperan al final de cada trayecto. Cuevas por cuyo acceso habrá que pagar entrada. Alguna de ellas se visita en barca y es de inusitada belleza.
En mi viaje decidí acercarme andando a las más próximas, no recomiendo el hacerlo salvo que seas un gran amante de los «trekkings» y estés en buena forma física. Fue un ejercicio realmente agotador.
Alquila una motocicleta en el centro de la ciudad y con precaución (no olvides el impermeable) lánzate a disfrutar del embriagador entorno natural.
Alojamiento
Hay en Thakhek un buen numero de hoteles, hostales y guesthouses para todos los gustos. La oferta no es tan grande como en ciudades más turísticas, pero suficiente.
Yo me alojé en un famoso hospedaje de gama económica y muy bien valorado por los jóvenes mochileros: el Thakhek Travel Lodge. Lugar en el que compartir conversación con otros muchachos que pasaban por la ciudad de camino hacia norte o en dirección sur. Mi habitación eran muy básica y sus paredes lucían con orgullo los restos de antiguas batallas entre huéspedes y mosquitos. Supongo que son éstos los alojamientos que imprimen carácter al alma aventurera del viajero. También ofrece cama en dormitorio, y cuartos bien equipados para el huésped más cómodo. Habitación a partir de 80.000 kips (8€)
Viajar por Laos es vivir el día a día, sentir el fresco aire de sus tierras altas en el rostro mientras recorremos los caminos a lomos de un ciclomotor. Vamos ya a dar cuenta de la cuarta de las etapas de nuestra aventura.
4 Dejamos atrás el Laos rural y nos vamos hacia Vientián, capital del país
7/8 horas y 340 kilómetros separan Thakhek de la capital de Laos si viajas en autobús. Es Vientián la más tranquila y civilizada capital del sudeste asiático.
Puedes acercarte andando, en tuk tuk o en bus urbano a la estación de autocares de Thakhek, situada al este de la ciudad. Si llegaste de Pakse ya conocerás su ubicación. Compra billete en autobús regular o vip que se dirija a la capital (60.000/80.000kips) y prepárate para disfrutar de la excelente gastronomía, atracciones turísticas y el tranquilo encanto de la siempre limpia y amable Vientián.
4.1 Cuarta parada en nuestra ruta por Laos. Vientián
Es Vientán un oasis de tranquilidad si la comparamos con otras capitales vecinas. No nos debe extrañar. Laos es un país que dormita junto a su río. Siendo la etnia Lao tan cercana a la Thai, me pregunto cuáles son las razones de las aparentes diferencias entre ambos pueblos. Nada que ver el bullicioso temperamento de las ciudades tailandesas con la calma complaciente de las laosianas. Quizás, algo tenga que ver el desarrollo económico y el sistema político.… aunque Vietnam también es comunista y la algarabía y caos de sus calles no tiene parangón. En cualquier caso, seguro que agradecemos esta atmósfera perezosa de Vientián, el relativo silencio: aquí las motos no tocan el claxon sin cesar, el tráfico es moderado, las calles están limpias, incluso los mercados no son excesivamente ruidosos.
Hospédate junto al Chao Anouvong Park. Allí, cada noche podrás disfrutar del mercadillo nocturno y de numerosos puestos de comidas en los que deleitarte con una espléndida gastronomía.
Podrás pasear junto al río por la calle que queda cerrada al tráfico. Las vistas no son las mejores, el cauce del Mekong es amplísimo. Al menos en temporada seca, las yermas riberas no nos permiten ver las aguas más que de lejos. Pese a ello, es un excelente lugar para caminar entre forasteros y locales. Merece la pena detenerse de tanto en tanto para descansar, observar, y saborear unas bocanadas de aire.
En los primeros meses de 2019, una «walking street», a imagen de otras que podemos disfrutar en Vietnam, Camboya o Tailandia, abrió sus puertas en la zona. Esta «calle peatonal» nos ofrece numerosos locales en los que beber, comer y comprar todo tipo de recuerdos y regalos.
Alojamiento
En el centro de la ciudad son muchos los hoteles (de todo tipo) que brindan alojamiento al forastero. Especialmente numerosos son los hostales y «guesthouses» de gama baja. En mi visita me alojé en un hotel familiar, algo viejo, pero sumamente barato y que me pareció una ganga. Me permito recomendarlo dada su excelente localización, siempre que no se sea especialmente escrupuloso a la hora de elegir donde pasar la noche.
Este establecimiento era el «Mixay Guesthouse». Ofrece habitaciones individuales por no más de 10€ y con desayuno incluido (tostadas o fideos). La mayoría de atracciones turísticas están a tiro de piedra.
Qué ver en Vientián
La oferta cultural y turística de la ciudad no está a la altura de la de otras capitales de la región, pero aún así podemos pasar un par de días alternando la visita a templos, monumentos y museos con el descanso y el buen comer.
Tenemos en Vientián:
1 Templos como los de Sisaket, Wat Phra Kaew, Wat Shi Muang o Wat That Khao. Todos cercanos entre sí.
2 El Palacio Presidencial.
3 El museo nacional. Ofrece al visitante colecciones muy pobres aunque permite hacerse una idea de la historia del país. Desde hace unos meses el museo ha cerrado en su actual ubicación y está pendiente de ser trasladado a un nuevo edificio.
4 Estatua de Fa Ngum. Fundador del reino de Laos.
5 Estatua de Chao Anouvong. Último rey de Vientián (1804-1829)
6 Estupa negra.
7 Mercados como el Morning Market (Talat Sao) -donde se come barato y bien- o el Khua Din.
Algo más alejados tenemos:
8 Arco del triunfo de Patuxai.
9 Complejo de Pha That Luang. Gran estupa dorada y templos adyacentes de un gran valor simbólico para Laos, aunque de escaso atractivo. La entrada solo cuesta 10.000 kips, por lo que no está de más le acercarse.
Tras un par de días comiendo y descansando, en una atmósfera placida y relajada, es hora de afrontar la última etapa en nuestro viajar por Laos. Llego la hora de marchar hacia la muy conocida y turística Luang Prabang.
5 Ultima etapa: de Vientián a Luang Prabang
Para viajar hasta Luang Prabang puedes comprar el ticket en el hotel o en cualquiera de las mil y una agencias que lo anuncian en la calle. Dedícale media hora a visitar 3 o 4 locales y pide precio. Ahorrarás unos miles de kips.
Son 320kms que se hacen habitualmente por carretera, en autobús (regular o vip) o minivan, aunque hay otras opciones.
El trayecto es largo y tedioso pero no desprovisto de interés, dado el bonito paisaje del que podemos disfrutar a través de las ventanillas. Recorrido revirado en su último tercio: carretera de montaña en la que alguno sufriremos el inevitable mareo. Yo lo hice en «minivan» cuyo billete viene a costar actualmente no menos de 200.000kips (20€). No obstante, parece que últimamente la mayoría de viajeros suelen hacer el viaje en autocar, con cualquiera de las empresas que fletan autobuses vip entre la capital y el principal destino turístico del país.
| King of Bus | 08:00-19:00 20:00-07:00 | 11h | $22 $24 |
| Naga Travel | 07:00-20:00 18:00-07:00 | 13h | $30 $33 |
| Soutchai Travel | 18:00-08:00 | 14h | $27 |
El billete puede ser nocturno, haciéndose noche durante el trayecto. Puede ser una buena opción para el que tenga un dormir fácil. Jornada de viaje que se extenderá a unas 11 horas.
Las furgonetas salen del centro de Vientián o te recogen en el hotel, y te dejan en la terminal sur o norte de Luang Prabang.
Los autobuses parten de la terminal norte de Vientián y de los puntos de recogida. Te dejarán en la terminal sur de Luang Prabang, a unos 2km del centro de la ciudad.
Local Bus. Autobus interprovincial
Desde la estación norte de Vientián salen autobuses que se dirigen a Van Bieng a 170 kms. Es éste un destino habitual y muy concurrido por jóvenes mochileros. Lugar que tiene fama de ser el centro del desmadre etílico juvenil de lampiños «backpackers». Dado la mala reputación que precede al lugar, ni lo he visitado ni lo incluyo en el itinerario. No obstante, se puede recorrer el trayecto desde la capital a Luang Prabang en dos etapas más livianas y cómodas pernoctando en Van Bieng.
El autobús interprovincial de Vientián a Van Bieng cuesta 4€ con Vientiane Capital Bus Enterprise
De allí podemos tomar un autocar vip o furgoneta para un trayecto de 6h (190km) por unos 15€. Treasure Travel Laos o SoutChai, entre otros, ofrecen el billete que se puede comprar sin problemas online, en el hotel o en oficinas y agencias.
De Vientian a Luan Prabang por aire
Podemos tomar un corto vuelo de algo más de una hora en esta última etapa de nuestro viaje. Con precios entre los 60/120€, puede ser una buena alternativa si a estas alturas estamos ya cansados de autobús.
Lao skyway y Lao Airlines hacen el trayecto varias veces al día.
5.1 Quinta parada: Luang Prabang. Llegamos a nuestro destino
Luang Prabang es, sin ninguna duda, la meca turística del Laos. Destino principal y preferido de los viajeros que cada año se acercan al norte del antiguo reino de Lang Xang. Y Capital del país hasta el año 1975. Con 77.000 habitantes, es la tercera mayor ciudad de Laos tras la capital: Vientián, y Savannakhet .
Durante mis jornadas por Laos compartí autobús con una joven pareja de viajeros franceses. Ella era bonita, una muchacha atractiva y tímida. El debía de ser guapo también, lucía en la cabeza una palmera que sólo la lozanía de la juventud te permite llevar sin sentir el ridículo. Eran la típica pareja de turistas que en un intento en parecer «hippies» y exóticos, vestían como muchos mochileros que se dejan ver por el sudeste asiático: pantalones bombachos de corte hindú él y con elefantitos ella; brazaletes en las muñecas y abalorios varios al cuello, cabeza luciendo peinados cuidadosamente descuidados y como calzado unas sandalias. Nadie viste así en el lejano oriente excepto los jóvenes mochileros.
Estos chicos no veían el momento de llegar a Luang Prabang. Cuando hablaban de su ansiado destino los ojos les brillaban de emoción y en el rostro se les dibujaba una sonrisa. Ni siquiera pararon en Vientián en su impaciencia por llegar a su «shangrilá» particular. Cuando llegué a Luang Prabang compredí la razón de su amor por la coqueta ciudadela norteña.
Belleza entre montañas
No podemos negar que Luang prabang es bella, bellisima. Su entorno natural es absolutamente magnífico. Situada donde el Nam Khan, tributario del majestuoso Mekong, rinde sus aguas ante el poderío de su señor. Formidable el gran río de aguas nerviosas y oscuras. Rodeado de espesa selva fluye poderoso entre las asperas montañas que lo circundan.
Es el Mekong el alma de Laos y el corazón de Luang Prabang. Contemplarlo en silencio, escuchar el murmullo de sus aguas, respirar el recio aire que baja de las cumbres, es una experiencia que no tiene precio y un deber para todo viajero que se precie.
La ciudad, con sus decenas de pequeños -y vetustos- templos y villas de arquitectura colonial, es un museo en sí misma. Casi un parque temático dedicado a el Asia colonial. Calles que se esparcen desde el río y por las que los monjes con sus hábitos de color azafrán corren presuroso a refugiarse del sol inclemente.
El lado oscuro
Pero Luang Prabang también tiene un lado oscuro, un espíritu mentiroso. La cara ficticia de tanta belleza sale a relucir tras los múltiples carteles que anuncian actividades abominables como tirolinas entre monos, montar en elefante, kayaking, «canoing», biking y no sé cuantas «fucking things» más… el turismo masivo mancilla todo lo que toca y la bella localidad laosiana no puede sustraerse a ello.
Es Luang Prabang una ciudad tomada por los turistas, asediada por las huestes occidentales y una ciudad que rinde pleitesía al dolar. No vi en todo Laos, humilde país, tanto coche de gama alta como en la hermosa ciudadela. Las gentes viven del y para el turismo, y les va muy bien. Pero no debemos obsesionarnos con la búsqueda de la autenticidad, del destino virgen e impoluto: ya no existe. Si caemos en la tentación no disfrutaremos del viaje.
Alojamiento
En el casco antiguo, cerca de todo. Múltiples guesthouses, hostales, hoteles… para todos los bolsillos y presupuestos. La oferta es grande y variada. Reserva si quieres a través de un portal de internet o a la llegada. No tendrás problema.
Donde comer
En el mercadillo nocturno, no en el de souvenirs, en el de comidas y verduras adyacente. Estupendos platos a buen precio. En la plaza se pueden comprar sabrosos bocadillos que las vendedoras te ofrecerán con insistencia.
Por toda la ciudad hay numerosos restaurantes y cafés.
Que hacer en Luang Prabang
1 Caminar por la ciudad antigua y visitar la multitud de pequeños templos. Disfrutando del paseo sin prisas, del entorno, del urbanismo, del aroma, de los sonidos… experiencia embriagadora…
Los templos son muchos. Algunos de ellos:
-Wat Xieng Thong
Probablemente el templo más emblemático y también el más bonito de Luang Prabang. Se sitúa en la península o esquina de la ciudad frente a la que confluyen el Mekong y el Nan Khan. Data de 1559 y solía ser el lugar en el que se coronaba a los reyes de Laos. Complejo formado por templos, capillas y estupas.
-Wat Mahathat
Otro de los templos más bellos. De fachada bellamente decorada, es famoso por ser en el que se celebra el año nuevo por parte de los monjes. Allí danzan en honor a Pu No y Na No, los espíritus guardianes de Luang Prabang.
-Wat Mai
Es el templo más grande de la ciudad. Construido en 1796, se yergue cerca del Palacio Real.
-Haw Pha Bang
Situado en la calle principal, junto a la entrada del Palacio Real. En él se venera el Pha Bang, imagen de Buda dorado protector de Laos y que da nombre a la ciudad.
–Wat Khili, Wat Tchoum Khong, Wat Chomphet, Wat Long Khoune, Wat Wisunarat o Wat Sop Sickharam son otros de los imprescindibles.
2 Colina Phou Si. Con unos 100 metros de altura, se accede al pequeño templo que la corona tras ascender 328 escalones. Situada junto al Wat Mai y Palacio Real. Las vistas a la ciudad son espléndidas, sobre todo al atardecer. La estupa de la cima se conoce como That Chomsi.
3 Palacio Real. Complejo que fuera residencia de los reyes de Laos y que ahora es el museo nacional. Pasando por caja se puede acceder al palacio, al Haw Pha Bang y al teatro que esporádicamente ofrece espectáculos de danza.
4 Mercado nocturno. Muy turístico mercado de souvenirs que cada tarde se levanta en la calle principal. Bonito y concurrido, se deja ver, aunque prefiero los mercadillos de verdad.
5 Cuevas de Pak Ou. Son dos cuevas situadas río arriba, a unos 25km o dos horas en barco. En ellas, como en tantas otras de Laos, se amontonan imágenes de buda y realmente no tienen mucho interés ni atractivo. Te puedes acercar en moto por un accidentado camino o surcando las aguas del Mekong, como es más habitual.
La excursión se suele contratar en cualquier agencia u hotel de Luang Prabang por 50.000kips (5€). También directamente en el embarcadero. Otra alternativa es alquilar un bote para por unos 300.000kips (30€) y recorrer el trayecto a tu aire. El paseo en barco es lo que realmente vale la pena: disfrutarás las majestuosas vistas del río y sus montañosas riberas.
La entrada cuesta 20.000kips (2€)
6 Cataratas de Kuang Si. Cataratas de límpidas aguas de color turquesa que se distribuyen en terrazas a distintas alturas. Forman pozas en las se permite el baño. La mayor de ellas alcanza los 60 metros de altura. Se encuentran a 25 km al sudeste y su visita se suele contratar en la ciudad, a veces junto a la excursión las cuevas.
Se puede realizar el trayecto por libre en autobús, moto, bicicleta… La entrada cuesta 20.000kips
Debemos desistir de pagar por actividades como pasear con elefantes o tirolinas por las alturas de la selva. A mi entender, son pasatiempos que degradan el espíritu del lugar. Pero bueno, ¡allá cada uno!
7 Ceremonia de entrega de limosnas. Cada mañana los monjes marchan en fila y en silencio recogiendo las ofrendas de los fieles: arroz glutinoso y dulces. Puedes participar siempre mostrando el debido respeto (no les tires fotos a escasos centímetros de la cara). Deberás madrugar, comienza a las 5:30. Un buen lugar desde donde observar es la puerta del Wat Mai.
Epilogo
Tras unos días podemos despedirnos de Laos tomando un vuelo desde el aeropuerto internacional de la ciudad hasta cualquier capital vecina, o «hub» que nos permita regresar a nuestro país.
Viajar por Laos ha sido una experiencia enormemente gratificante. No es una aventura vetada a viajeros que no quieran renunciar a ciertas comodidades. Tampoco se hace necesario el desplegar un gran poderío físico. Es Laos un país relativamente seguro y que se puede recorrer a tu aire sin mayores problemas.
Viajar por Laos es viajar con mayúsculas, viajar como se solía hacer y al alcance de cualquiera. ¡No pierdas el tiempo!
¡Buen Viaje!